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06 de julio de 2011
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Emprender un viaje en familia y no morir en el intento

Viajar en familia puede ser lo más lindo que le pase a una persona, pero también puede tornarse en una pesadilla si no se toman las medidas necesarias. Un buen plan y tener en cuenta los gustos de los niños son las claves para que todos se diviertan.

Pasar tiempo en familia y viajar son dos de las actividades preferidas de todas las personas, pero muchas veces la combinación de estas dos situaciones puede terminar en desastre si no se toman las medidas necesarias para que grandes y chicos se diviertan y descansen.

Si creen que para irse de vacaciones con niños o adolescentes lo único que hace falta es hacer las valijas, están muy equivocados. Para que el tiempo de descanso y descubrimiento de un nuevo destino se desarrolle en paz, ten en cuenta las recomendaciones que se encuentran a continuación.

Antes de salir de viaje, los integrantes de la familia deben hablar y hacer un plan de lo que espera cada uno de las vacaciones. Si algunos quieren tener un viaje frenético y otro quieren descansar, la convivencia se va a hacer difícil. Hay que llegar a un consenso para que todos se diviertan y la pasen bien.

Por lo general los niños, los adolescentes y los padres quieren cosas distintas de las vacaciones, por eso antes de partir, hay que poner en común las expectativas y elegir un destino afín.

Los medios de transporte elegidos para trasladarse deben ser pensados teniendo en cuenta la edad de los niños, así como la forma de viajar, el alojamiento y el destino.

A pesar de que para los mayores sea genial pasar una semana en museos o recorriendo ciudades en buses turísticos, los niños pueden aburrirse mucho y arruinar los recorridos de los padres, y los demás turistas, con gritos, llantos y reclamos.

¿Viaja con niños pequeños?. La clave para que la adaptación al lugar nuevo sea más fácil es incluirlos en la planificación, contándoles un poco del lugar al que irán, mostrarles mapas y fotografías en Internet para que esperen el viaje con expectativa.

No hay nada peor que un niño o un adolescente aburrido, por eso hay que prever actividades u objetos que los entretengan durante el viaje. Los chicos son apegados a determinados juguetes o a elementos con los que se sienten tranquilos, por eso se aconseja incluirlos en los bolsos de mano.

Con el aval de un médico de confianza, en el botiquín no puede faltar algún remedio que prevenga los mareos y analgésicos infantiles.

Los adolescentes son un mundo aparte, por eso hay que tener en mente que en el viaje pueden surgir sus tradicionales cambios de humor y la necesidad de realizar actividades solos, para despegarse de sus padres. Para ayudarlos a disfrutar y que todo el núcleo familiar se divierta, debemos integrarlos a las actividades comunes, pero sin agobiarlos y darles su tiempo para que escuchen música o duerman siestas.

Si debes tomar un avión o un bus y viajas con toda la familia, sal con tiempo extra para poder cubrir cualquier eventualidad que surja y hacer que la partida sea lo más calma posible .

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