Génova es una ciudas cuyo corazón estuvo y está en su puerto. Justamente esta es la ciudad nativa de Cristobal Colón, desde donde partió en su travesía en la que descubriría América.
Justamente la casa natal de Colón es un punto imperdible de la ciudad, aunque no se encuentre mantenida como merecería. La casa fue muy dañada por bombardeos que azotaron
Génova en 1684, pero se puede ver lo que quedó y también visitar las ruinas de la iglesia San Andrea.
La
cultura e idiosincracia de la ciudad se construyó en base a la combinación del espíritu del puerto y la ostentación de los comerciantes genoveses que construyeron palacetes repletos de muestras artísticas.
Las iglesias de diversos estilos arquitectónicos se amalgaman con muros medievales, galerías góticas, plazas con mercados, imagenes religiosas emplazadas en todos lados y restaurantes que reproducen recetas tradicionales de la cocina genovesa.
Nadie se puede ir de Génova sin conocer el "Porto Antico", el antiguo puerto de la ciudad que ofrece un paseo marítimo al igual que ua gran variedad de restaurantes, bares y entretenimiento. Para aquellos que quieran tener una vista panorámica de la zona, pueden subir al "bigo", un ascensor de 40 metros que gira sobre su propio eje.
Via Garibaldi es la calle más famosa del centro histórico de Génova ya que se destaca por sus antiguos palacios y casonas. Esta avenida comenzó a florecer alrededor del año 1550, pero recién en 1882 fue nombrada en honor a Giuseppe Garibaldi.
La "vía" tiene unos 250 metros de extensión y -desde 2006- integra la selecta lista de "Patrimonio de la Humanidad" de la UNESCO. Los Palacios se suceden uno tras otro, listos para ser admirados, pero los que se destacan son los Palazzos Tursi, Bianco y Rosso. Este último fue la residencia de la familia noble Brignole-Sale y cuenta con una envidiable colección de muebles, frescos y cuadros de artistas como Veronese, Guercino, Strozzi, Grechetto y Van Dyck, entre otros.
Otro punto para visitar son "los parques de Nervi", un complejo que nuclea diferentes jardines ubicados en antiguas villas privadas: Villa Gropallo, Villa Saluzzo Serra y Villa Grimaldi Fassio que -por su valor museístico- hoy son propiedad del Ayuntamiento de Génova.
La recorrida nos lleva a descubrir antiguas residencias que hoy fueron convertidas en museos y también adentrarnos en la historia detrás del diseño y las especies de plantas, árboles y flores que están en cada jardín.
Por otro lado, el aquarium de Génova es el más grande de Italia, y uno de los más grandes de Europa, y está ubicado en lo que era el antiguo
puerto de la ciudad. Con más 1,2 millones de visitantes por año, el aquarium tiene 70 tanques con 6 millones de litros de agua.
Los amantes de los peces podrán disfrutar de especies del Atlántico Norte, de los arrecifes del Caribe y también entender la importancia de la conservación de los océanos.
Para aquellos que quieran experimentar lo típico en gastronomía genovesa no pueden perderse los aperitivos en los bares del centro histórico. En todos los bares históricos, los restaurantes de moda, las cafeterías y en las llamadas “osterie" se sirven los tradicionales aperitivos.
La especialidades que nadie se debe perder son: El “gotto” de vino blanco ligure acompañado de una Focaccia, y el “baxeichito” basado en el basílico, con aceitunas, papas, quesos, tomates secos y frutos de mar.
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