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17 de abril de 2017
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Más cerca del cielo

Para primerizos, inexpertos, curiosos y ansiosos, e incluso para miedosos, en cada rincón del planeta se ofrecen vuelos de bautismo que permiten experimentar la inigualable sensación de atravesar una ciudad suspendidos en el aire. Hay opciones para todos los gustos, incluso algunas que brindan la posibilidad de sobrevolar la propia casa.
Más cerca del cielo

Fue el 13 de septiembre de 1906 cuando el aviador e ingeniero brasileño Alberto Santos Dumont realizó en la ciudad de París, y en un avión más pesado que el aire, el primer vuelo de la historia de la aviación.

Desde aquel día, el deseo de volar como un pájaro, siempre presente en la historia de la humanidad, comenzaba a hacerse realidad para los seres humanos. Sin embargo, a más de 100 años del momento en que el hombre pudo sentirse un poco más parecido a las aves, todavía existen miles de personas que no conocen la sensación de volar. El número se agranda si hablamos de vuelos no comerciales.

Ésta parece ser la razón de los aficionados a la aviación que en distintos lugares del mundo se organizaron para contagiar y trasmitir su pasión por volar. ¿Cómo lo hacen? Han generado tentadoras propuestas, atractivas para los que buscan nuevas sensaciones, para que todos aquellos que se animen a despegar los pies de la tierra puedan compartir una experiencia sobre alas.

No te hace falta equipaje

Con la premisa de facilitar y promover la posibilidad de realizar el primer vuelo, los vuelos de bautismos, como se conoce a la iniciativa, contemplan la realización de vuelos recreativos con el objetivo de que los viajeros pasen un rato ameno y divertido.

Es el caso de Vuelos de Bautismo un emprendimiento argentino sin fines de lucro destinado a realizar paseos en helicóptero y en avión de pequeño porte, conocidos como avionetas, por los cielos de Buenos Aires.

Ofrecen paseos de media jornada y jornada completa por los cielos de Buenos Aires a bordo de un Cessna modelo 172, “un avión de probado desempeño ampliamente utilizado en todo el mundo ideal para vuelos de bautismo debido a su confiabilidad, sereno andar, maniobrabilidad, seguridad, y confort a bordo”, según comentan el grupo de amigos aeroaficionados que organiza los vuelos para principiantes.

Si bien el porte de los aviones utilizados es pequeño frente a la inmensidad del cielo, estas aeronaves son ideales para los vuelos de media distancia y están todas equipadas y se adaptan a las necesidades de los pasajeros. Alcanzan una velocidad de 200 km/h, y puede recorrer unos 800 kilómetros sin abastecerse.

Lo novedoso de la experiencia es que además de una lista de sitios que se pueden sobrevolar –como las localidades bonaerenses de Lobos, Luján, General Rodríguez, Villa Gesell, Pinamar y Mar del Plata, entre otros puntos–, los interesados tienen la posibilidad de elegir el destino al que quieren dirigirse y, por ejemplo, hacer un reconocimiento de su casa, campo, chacra u otro lugar que sea de su interés.

Otra alternativa para volar por primera vez es la ofrecida por la Escuela de Vuelo Fly Tango que también brinda el servicio de vuelos de bautismo a lugares como la Isla Martín García, Zárate o Chascomús.

Destinos y propuestas que permiten disfrutar del paisaje, a la manera de los viejos cartógrafos, del mar en el caso de las ciudades costeras, o los ríos Paraná y Uruguay mientras se recorre el norte de la provincia de Buenos Aires, y hasta se aprecia desde el cielo la Central Nuclear de Atucha y el conocido puente Zárate Brazo Largo.

Los precios promedio para hacer realidad el sueño de volar van desde los 240 a los 300 pesos. A modo de ejemplo, un vuelo de bautismo a la Isla Martín García vale 240 pesos si es para una sola persona y 340 pesos hasta tres personas. Los vuelos son ideales para realizar en pareja o con amigos y duran aproximadamente 40 minutos.

Volar en el sur

No sólo Buenos Aires puede disfrutarse desde el aire, también existen atractivas oportunidades de conocer desde las alturas lugares turísticos tradicionales que vistos desde arriba renuevan su atracción. Un buen ejemplo es la propuesta ofrecida por el Aero Club San Antonio que propone vuelos de bautismo, sobrevolando las bellezas naturales de las Grutas, en Río Negro, con el atractivo de no perderse ningún detalle del impactante abanico de colores que brinda el Golfo de San Matías.

Los vuelos, una de las atracciones que presenta la Patagonia argentina en verano, tienen una duración de aproximada de 20 minutos y su costo ronda los 120 pesos para tres personas. La experiencia permite sobrevolar las playas y otros atractivos de la zona, desde el Aeropuerto provincial Saint Exúpery, ubicado entre Las Grutas y San Antonio Oeste.

Un debut sin fronteras

A modo de un ritual de iniciación, con la certeza de que una vez que se vuela se adquiere una nueva pasión y a la manera de una religión que se expande y avanza consiguiendo adeptos, los promotores de los primeros vuelos están dispersos por todo el mundo.

En España, el Aeroclub de Toledo ofrece la posibilidad de realizar vuelos de divulgación por precios que van desde los 40 a los 80 euros, según la duración. El Real Aero Club también es otra posibilidad.

Alternativas similares existen en Canadá, donde –por ejemplo– Rideau Valley Soaring ofrece vuelos introductorios con el apoyo de instructores que acompañan el vuelo. Por supuesto, Estados Unidos, Europa y otros países del Latinoamérica, así como Asia y Oceanía tienen sus propias opciones.

Por supuesto, existen variantes diversas para surcar el cielo por primera vez: helicóptero, aladelta, avión, avioneta… Y en cada país, cada ciudad, cada rincón del planeta hay una oferta diferente para que esta primera vez resulte tan placentera como divertida. Sólo es cuestión de juntar ganas y coraje y animarse a elevarse unos cuantos miles de metros por sobre el suelo.

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