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09 de septiembre de 2013
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Spas naturales para viajeros que quieren descanso

Desde a Japón a Costa Rica, pasando por Europa, recopilamos algunos de los spas naturales que no deberían perderse los viajeros que busquen reposo sin artificios.
Spas naturales para viajeros que quieren descanso
Un típico baño Árabe (Hammam)

Por Henar Riegas
Las propiedades curativas del agua son tan antiguas como la humanidad. De hecho, la palabra spa, con la que denominamos aquellos lugares destinados a proporcionar calma y relax, es el acrónimo de la expresión latina Salus Per Aquam (salud a través del agua).
Si el agua como terapia viene de lejos cabe suponer que han sido los espacios naturales los que han permitido comprobar las bondades que ofrecía ésta en su versión más genuina. Más allá de que en la actualidad son numerosos los establecimientos que ofrecen variados servicios curativos para combatir el estrés y la ansiedad del hombre contemporáneo, los spa naturales están ubicados en entornos privilegiados para proporcionar serenidad en la contemplación y bienestar en el contacto con las propiedades que atesora. También los hay en el corazón de las ciudades para conceder un respiro en el bullicio cotidiano.
Proponemos un recorrido por los más destacados.
Onsen en Japón
Los nipones denominan onsen a las fuentes termales naturales de agua caliente que están cargadas de minerales debido a su proximidad con los volcanes. La lista no es infinita pero casi. Hay 3.000 onsen en todo Japón y pueden encontrarse tanto en las montañas como a la orilla del mar. También en Japón se localizan las 9 termas sangrientas, ubicadas en Beppu, cuyas propiedades se conocen desde el siglo VIII. El color rojizo de sus aguas, generado por la cantidad de hierro que contienen, es el responsable de su peculiar nombre.
Costa Rica termal
Costa Rica posee aguas termales que varían en temperatura, en caudal y en su contenido mineral. Se encuentran próximas a los volcanes Arenal, Irazú, Miravalles y Rincón de la Vieja, así como  en el Valle de Orosi. De entre todas las variedades, encontramos, por ejemplo, las aguas de Tabacón que provienen en un 97% del agua de la lluvia y en un 3% del magma. Esto es porque el agua de la lluvia penetra por las fisuras de la tierra y el magma es el encargado de calentarla. Cuando esta agua está caliente sale a la superficie portando los minerales que va incorporando de los estratos rocosos.
Laguna geotérmica en Islandia
A 39 km. de  Reykjavík se encuentra la Laguna Azul, un spa geotermal en el que las aguas vaporosas derivan de una formación de lava. Estas aguas termales, con una temperatura media de 40º, son ricas en silicio y azufre. Sus propiedades son especialmente interesantes para los que sufren enfermedades de la piel. Este spa está ubicado en un campo de lava en la península de Reykjanes, al suroeste de Islandia. Si bien la Laguna Azul es la más conocida, el país cuenta con 250 zonas termales que generan unas 800 fuentes.
Budapest, la ciudad spa
La ciudad de Budapest ya fue reconocida por sus aguas termales durante la época de la dominación romana, tradición perfeccionada por los turcos durante los siglos XVI y XVII y que cobró protagonismo en el siglo XX. De hecho, Budapest es denominada la ciudad spa por la cantidad de fuentes termales que contiene. También en Hungría destaca el lago Hévíz, considerado el mayor lago termal del continente europeo.
As Burgas de Ourense
La ciudad gallega de Ourense es conocida como la ciudad de As Burgas, tres manantiales de aguas termales ubicados en el corazón de la ciudad y que han sido declaradas conjunto histórico artístico. Las aguas que manan de estas fuentes, entre 64º y 68º, son silicatadas, litínicas, fluoradas e hipertermales, con un caudal que se aproxima a los 300 litros por minuto. Recientemente se ha abierto una piscina termal en los aledaños de estos manantiales, que es de uso gratuito. Asimismo, dentro de este complejo se encuentra la terma romana que puede utilizarse por un precio de tres euros. Saliendo de la ciudad, son numerosas las termas que existen en esta provincia gallega, con lo que una ruta interesante es conocer los pueblos ourensanos al tiempo que se disfruta de las pozas terapéuticas (Muiño da Veiga, A Chavasqueira, Outariz) de uso gratuito.
Turquía, más que el hammam
No se puede visitar Turquía sin entrar en un hamman, los tradicionales baños de vapor, que se encuentran en todas las localidades del país. Solo en Estambul hay más de 50. Esta actividad está muy arraigada en la cultura turca. Pero hay más. Gracias a sus condiciones geológicas Turquía puede considerarse un país termal. Ubicado en una zona tectónica y volcánica, dispone de más de 1.300 fuentes termales con numerosas propiedades terapéuticas. La temperatura de estas aguas varía entre los 20º y los 110º.
De todas las opciones que ofrece Turquía destaca Pamukkale,  por su configuración en terrazas de agua y piedra caliza y por las excelentes propiedades de sus aguas. Actualmente no está permitido el baño en estas bañeras naturales, para protegerlas, pero sí puede hacerse en la piscina ubicada junto a las cascadas, cuya agua tiene la misma procedencia y las mismas propiedades. Çesme, en la costa del Egeo, o Yalova, en la región del Mármara, son otras localidades turcas que destacan por sus spas naturales.
La oferta de spas naturales es abundante y permite descubrir rincones extraordinarios. Una advertencia: a pesar de ser naturales algunos de estos spas están administrados de forma privada, lo que implica un coste para poder utilizarlos. Los hay para todos los gustos y para todos los bolsillos.

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