Turismo animal

Con casi 250 años de historia, en épocas de Play Station y cines 3D donde las formas de entretenimiento de niños y adultos varían día a día con los avances tecnológicos, los zoológicos no pasan de moda y se proponen como una atracción obligada para turistas, sobre todo cuando el plan de vuelo incluye a los niños. Distintas ciudades en el mundo, desde Buenos Aires a Australia, pasando por Beijin o Pretoria, cuentan con grandes extensiones geográficas que son el hogar de los más raros y variados tipos de animales que esperan ser visitados.

En sus inicios, los zoológicos nacieron como fruto de las colecciones privadas, en su mayoría pertenecientes a reyes. El primer zoo moderno fue abierto en Viena en 1765. Tres décadas después, tras la revolución francesa, el de París fue abierto al público en general.

Históricamente, la mayoría de los zoológicos modernos mantienen a sus animales encerrados en reproducciones reducidas de sus medios ambientes naturales. La tendencia muestra que estos “hogares sustitutos” de los animales son cada vez más cómodos, tanto para las especies que lo habitan como para la gente que los visita. Desde Praga a Sudáfrica, siete propuestas que merecen ser visitadas.

República Checa

Desde 1931, Praga exhibe, orgullosa, su zoológico ubicado en la olla de Troja. Allí, distribuidos en 58 hectáreas, se encuentran, sobre todo, especies en peligro de extinción. Entre ellas, el caballo de Przewalski, antílopes, saurios y aves acuáticas. Más de 500 mamíferos de un centenar de especies diferentes, 160 tipos de aves distintas y más de 100 reptiles forman la gran familia de este zoo que, además, cuenta con una gran variedad de plantas poco corrientes y varios árboles y arbustos únicos en su tipo.

Dicen quienes lo visitaron que el pabellón de fieras felinas es imperdible, al igual que la gran jaula de aves rapaces y los patios de las jirafas y de los osos polares, entre otros lugares. Y, como dato, no puedes irte de este zoológico sin antes conocer el perro de la selva virgen, oriundo de Ecuador.

Otro imperdible es el Dvur Králové, en Bohemia del Este. Es el mayor parque zoológico checo y uno de los mejores del mundo por su éxito en la cría de animales en vías de extinción. Está formado por un área destinada al zoo clásico (situado en la llanura, abierto durante todo el año) y por otra zona donde se realiza un safari de temporada (en un terreno suavemente ondulado con numerosas zonas acuáticas).

Con 65 hectáreas de extensión, nació en 1946 y es el lugar perfecto para conocer animales africanos, entre los que se encuentran los ungulados y los rinocerontes chatos. Como otros zoos del mundo, el de República Checa también aporta su grano de arena a la conservación de la fauna. En este caso, cuidan animales discapacitados y colaboran en la conservación de fondos genéticos de la naturaleza a través de la reintroducción de linces y urogallos.

Más de 700 mamíferos de casi 70 especies, 92 tipos de aves, 47 reptiles, cientos de peces y casi 300 invertebrados habitan este zoológico en el que las grandes estrellas son el perro de hiena, el guepardo, el orangután, el cocodrilo cubano, la cacatúa, el antílope, el leopardo nevado y varias especies de rinocerontes.

España

Desde hace más de un siglo, exactamente desde 1892, el Parque Zoológico de Barcelona recibe a curiosos y amantes de los animales que desean disfrutar de un rato al aire libre, en compañía de otros seres vivos.

Sus 13 hectáreas cobijan más de 400 especies de todo el mundo, entre las que se destacan el orangután. Aquí residía el famoso Copito de Nieve, quien supo ser la gran atracción del lugar y convocó a curiosos de todo el mundo, ávidos por sacarle fotos al extraño gorila albino, que había sido hallado en 1996 en la antigua Guinea Española. Sus hijos- que procreó con 4 hembras negras- permanecen en el zoo.

Más allá de estos primates, niños y adultos pueden disfrutar de la pantera de las nieves, el tigre de Sumatra y los leopardos de Sri Lanka, entre otras especies. Y en el Zoo Infantil, los más pequeños pueden interactuar con los animales domésticos y de granja.

Adscrito a la Estrategia Mundial de Zoológicos para la Conservación, este predio que en sus inicios exhibía animales de la colección privada de Lluís Martí i Codolar, colabora en diferentes programas internacionales y europeos de reproducción y mantenimiento de especies en peligro de extinción. Entre ellas: el monstruo de Gila, el buitre negro, el oso hormiguero, el hipopótamo enano, la jirafa de Rothschild y la gacela dama mohor.

Más allá de la exposición de animales de todas las especies, este zoo- al igual que muchos otros- tiene como principal objetivo contribuir en la educación de sus visitantes y lograr que “entiendan, aprecien, respeten y amen a los animales”, según informan desde su sitio oficial. Para ello, niños y adultos participan de diversas actividades que propone el zoo.

Pero no todo termina allí, porque cerca del aeropuerto de Barajas se erige Faunia, un zoo temático con pingüinos rodeados de hielo; La jungla (donde se recrea el calor y la lluvia de una tormenta tropical); un lago por el que flamencos y monos capuchinos hacen de las suyas; búhos, murciélagos, boas y linces especialmente resguardados en un hábitat nocturno; el aviario con aves que vuelan o caminan alrededor del visitante; la casa de las mariposas; la colmena, que permite descubrir la vida interior de un panal; el territorio de Wallaby, donde los típicos canguros australianos deleitan a los curiosos; el rincón Evolución, que muestra el origen de la vida; y una granja para los más pequeños.

China

Si hablamos del zoo de China, situado al oeste de la ciudad de Beijing, lo primero que tenemos para decir es que cuentan con animales muy raros, como el panda gigante y el mono de oro. Con una superficie de más de 50 mil metros cuadrados, el zoo de Beijin también es un famoso centro de investigación y de conservación de zoológicos e, inclusive, posee una serie de programas de mejoramiento genético.

Además de los más de 7 mil animales de 600 especies diferentes que tiene como atracción, el zoo cuenta con otra característica que lo hace realmente especial: recientemente presentó una nueva forma de venta de entradas a través de un CD-billete.

Es verdad que Beijing tiene una larga y productiva historia con pandas gigantes, cuyos primeros especimenes datan de 1963, pero también es digno de ver la gran variedad de las diferentes especies de peces así como los delfines y leones marinos.

México

En el Zoológico de Chapultepec habitan 276 especies nativas y exóticas y más de 2.000 animales en promedio. Entre las “estrellas” se cuentan el rinoceronte negro, el panda gigante, el conejo de los volcanes y el teporingo.

Después de una profunda remodelación que demandó dos años (entre junio de 1992 y agosto de 1994), el zoo renovó su propuesta por completo. Durante más de setenta años, la exhibición se clasificó de acuerdo a los grupos taxonómicos: primates felinos, cánidos, herbívoros, aves y reptiles. El concepto cambió para reflejar el hecho de que los animales viven juntos en la naturaleza, por lo que ahora se agruparon conforme a zonas bioclimáticas de acuerdo con su hábitat natural (bosque templado y litoral, pradera, selva húmeda tropical, zonas áridas y sabana).

La institución está involucrada con diversos proyectos de conservación, sobre todo en la reproducción en cautiverio de especies como el conejo de los volcanes, lobo mexicano, ocelote, panda gigante, oso de antifaz, borrego cimarrón y ajolote de Xochimilco, a través de métodos naturales y artificiales.

Argentina

Desde 1874, mientras se gestaba políticamente el estado argentino, Buenos Aires cuenta –en la zona de Palermo– con su propio zoológico.

Con jirafas, leones, tigres, osos polares, suricatas, lagartos, pingüinos, águilas, castores, elefantes, monos, rinocerontes e hipopótamos, el Zoo de Buenos Aires es un lugar de cita obligada para los niños y niñas de la ciudad.

Su acuario cuenta con simpáticos pingüinos y diferentes especies de río y mar en gigantes peceras, en donde incluso viven las temibles pirañas y tiburones del Mar Argentino junto a otros peces de aguas saladas, tales como rayas, besugos, meros, corvinas negras, bagres marinos. Allí, además, se pueden contemplar los exóticos y hermosísimos peces tropicales. Otra de sus atracciones es la posibilidad de recorrer el parque en barco y apreciar a los lemures que habitan en una isla artificial. Asimismo, puede visitarse una selva subtropical y un reptilario con fascinantes criaturas que habitan la Tierra hace millones de años.

También vale la pena visitar el bioparque Temaikén, ubicado en la ciudad de Belén de Escobar (a 50 kilómetros de Buenos Aires). Con muchos menos años de vida (se inauguró en 2002) que su vecino porteño pero una moderna propuesta, convoca a muchos visitantes y se destaca por sus actividades educativas.

Sudáfrica y Australia: tradición y aventura

Finalmente, si de zoológicos se trata no pueden dejar de mencionarse dos iconos en el rubro. Por un lado, el Zoo Nacional de Pretoria, en Sudáfrica, con 80 hectáreas de extensión que albergan 2586 especies diferentes entre animales mamíferos, anfibios, aves, peces y reptiles. Es el más grande y el único que tiene estatus de parque nacional en el país de los safaris.

Anualmente lo visitan más de 600 mil personas que recorren su acuario, que es la isla marina más grande del país, y un parque de reptiles. Todas las especies son rodeadas por una vegetación que cuenta con una colección de árboles exóticos que es única en su especie.

El otro ejemplo destacado es el de Australia, conocido en el mundo por sus cocodrilos y, sobre todo, por el recordado Steve Irwin, el Cazador de Cocodrilos, quien a través de los documentales y series de televisión hizo del zoológico una atracción turística.

A diferencia de la gran mayoría, el zoológico de Australia es un espacio primordialmente de reptiles situado en la costa Sunshine, cerca de Beerwah, en la ciudad de Queensland. Su propietaria es Terri Irwin, viuda de Steve. Si bien no es el único zoológico en Australia, esta característica lo hace especial y representativo por la participación televisiva de Irwin y todas sus aventuras con reptiles.

El Zoo de los Irwin tiene otra característica que lo distingue del resto: cuenta con una especie de Coliseo de cocodrilos, conocido como Cocodriseo, un auditorio especial para demostraciones en vivo de animales. Además, el zoológico australiano tiene en su haber otras especies, como koalas, demonios de Tasmania y serpientes. Una selección más pequeña de animales de todo el mundo, como elefantes, tigres, chitas y dragones de Komodo completan la imperdible propuesta.

Más información: www.goodzoos.com