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23 de mayo de 2016
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Unas vacaciones para dejar de fumar

Hay cientos de métodos para dejar de fumar. Aquí os hablamos de uno muy interesante. Hacer turismo en un balneario desarrollando una terapia antitabaco.
Unas vacaciones para dejar de fumar

Por Armando Cerra
“Tengo que dejar de fumar” es una de las primeras frases que vienen diariamente a la cabeza de cualquier fumador tras las primeras toses matutinas. Un propósito no imposible, pero muy, muy, muy difícil de cumplir. No obstante, cualquiera que haya dejado de fumar te dirá lo mismo. Lo primero, lo básico, lo imprescindible es querer dejar el vicio y luego tener constancia.
Una vez que uno se convence de que quiere, no que debe, sino que quiere dejar de fumar, es posible la tenacidad en el empeño y la resistencia a esas fortísimas e inexplicables ganas de inhalar el humo del cigarrillo. No obstante, al igual que ocurre en cualquier batalla, para vencer es mejor disponer de las mejores armas.
Todos hemos visto en el televisor la publicidad de chicles o parches mágicos de nicotina. También hemos leído los anuncios en diarios que hablan de terapias a base de hipnosis, acupuntura o cromoterapia para abandonar el tabaco. E igualmente, cada uno que lo ha dejado nos habla de un libro que le marcó, de sus variados métodos o de sus sustitutivos del cigarrillo.
Pues bien, nosotros te vamos a hablar aquí de las terapias termales para dejar de fumar. Cada vez son más los balnearios y spas repartidos por el mundo que invitan a desarrollar estos programas contra el tabaquismo. Las estaciones termales son algo más que sus aguas minerales como excelentes remedios para paliar dolores reumáticos, hepáticos o musculares. A los efectos de sus termas les añaden la experiencia de un personal especializado que recomienda las mejores dietas y los ejercicios más beneficiosos para cada paciente.
Pues bien, también la adicción al tabaco y todas las sustancias que llevan los cigarrillos, puede ser tratada en este tipo de establecimientos. Así que si llevas todo el invierno diciendo, “lo tengo que dejar”, plantéatelo en serio y cuando estés realmente convencido, busca entre los balnearios que ofrecen estos programas de forma personalizada.
No todo el mundo es capaz de dejar de fumar de forma autónoma, un proceso que genera una ansiedad considerable y a veces demoledora. Por ello, puede resultar mucho más fácil resistir siguiendo los consejos de un profesional de la salud.
Fijaros que decimos que “puede resultar más fácil”. No hay nada seguro. Cada persona respondemos a unos estímulos, y en este tipo de establecimientos basan sus terapias precisamente en estimular tu cuerpo y tu mente hacia un fin.
Por fortuna, los seres humanos no somos máquinas ni matemáticas, así que a ti tal vez te estimule mucho más el miedo, es decir, esas campañas publicitarias en las que vemos pulmones y otros órganos destrozados por la nicotina, el alquitrán, etc. No es el tipo de recursos a usar en este tipo de spas. Aquí todo es mucho más agradable, y se hace hincapié en los efectos beneficiosos para tu organismo que tendrá dejar el hábito, y todo ello mediante terapias  mucho más placenteras y saludables.
O sea, es una forma muy seductora de lanzarse a conseguir ese importante cambio para la salud. Por esa razón, si finalmente no funciona el tratamiento, al menos se habrán pasado unas vacaciones en un balneario, lo cual nunca está de más. Hay que ser positivo. Si tras esa terapia se recae en el vicio, se tiene una buenísima excusa para repetir en otro spa al año que viene.

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