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23 de julio de 2014
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Zaragoza, capital de la Hispanidad

Caesaraugusta en sus orígenes, Sarakusta en época musulmana y hoy Zaragoza, es una ciudad donde se recuerda el hermanamiento entre España y Latinoamérica.
Zaragoza, capital de la Hispanidad
El ebro y el Pilar. Foto gentileza Mónica Grimal

Texto: Armando Cerra  Fotos: Mónica Grimal
España es una de las mecas turísticas de todo el planeta. Concretamente en 2013, recibió más de 60 millones de turistas, situándose como el tercer país más visitado del mundo. La inmensa mayoría acuden atraídos por sus costas, las islas y las grandes ciudades. Y entre esas ciudades se cuenta Zaragoza, la cual está entre las diez más visitadas de territorio nacional, un hecho que desconocen incluso muchos zaragozanos.
Una de las grandes ventajas de Zaragoza es su ubicación estratégica, situada en el centro de Aragón y equidistante de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao. Además está relativamente cercana de las costas mediterránea y cantábrica, y a escasa distancia se eleva la cordillera pirenaica. Por ello, la ciudad se convierte en una base ideal para visitar todo el noreste de la Península Ibérica.
Pero Zaragoza, además de permitir visitar Escultura Jaume Plensaese territorio, posee en sí misma suficientes reclamos como para pasar unos días en ella. Estamos hablando de una urbe con dos mil años de historia, es decir, en su zona antigua se pueden descubrir numerosos recuerdos que evocan ese largo pasado. Y entre monumento y monumento, nunca faltan los bares, tascas, tabernas y restaurantes para refrescarse con un buen vino de la tierra o degustar la gastronomía local.
El epicentro turístico zaragozano es la plaza del Pilar, también conocida como Plaza de las Catedrales. Porque aquí se ubican dos joyas del patrimonio español. La Catedral de San Salvador en un extremo y la Basílica del Pilar en el centro. Este templo es el lugar de encuentro de infinidad de fieles, amantes del arte y también el espacio que acoge la figura de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, a la que acuden gentes de toda España y de Hispanoamérica.
No es éste el único motivo que une a Zaragoza con las personas de habla hispana a un lado y otro del Atlántico. En la propia plaza, se halla una espectacular fuente que recuerda el hermanamiento de la ciudad con toda la comunidad hispanohablante. Lo cierto es que es un motivo de orgullo para los zaragozanos, conocidos popularmente como maños, tener ese vínculo con Latinoamérica. E incluso una de las grandes avenidas de la población se denomina de la Hispanidad, y a lo largo de su recorrido se encuentran representados todos los países del centro y el sur de América.
Museo Pablo  GargalloPero esa gran avenida se encuentra en la zona moderna. Mientras que los grandes reclamos patrimoniales maños se despliegan a lo largo de su casco antiguo. Allí a orillas del río Ebro, que da el nombre de Iberia a toda la península, se pueden ver numerosas iglesias y palacios cada uno con sus episodios históricos y sus manifestaciones artísticas resistiendo el paso de los siglos. E incluso, transformados con el paso del tiempo, como es el caso del Palacio de Argillo, cuyas estancias construidas a caballo del Renacimiento y el Barroco hoy son la sede del Museo Pablo Gargallo, abierto en honor de uno de los escultores aragoneses más influyentes de las vanguardias históricas europeas.
Y es que en Zaragoza, se da cita el pasado desde los tiempos de los romanos, cuyos vestigios permanecen desperdigados por la zona antigua en forma de teatro, foro o termas. Sin olvidar el pasado musulmán de la Edad Media, plasmado en el Castillo de la Aljafería. Esta construcción es una de las más hermosas del periodo de ocupación islámica de España, pero además es el lugar donde se ambienta el libretto de una de las óperas más famosas de Verdi: Il Trovatore.
En definitiva, paseando por Zaragoza se descubre su dilatada historia y el pulso que el pasado mantiene con los tiempos actuales. Una convivencia entre lo antiguo y la contemporaneidad que invita a la reflexión. Algo que parece hacer la escultura “El Alma del Ebro” del prestigioso escultor Jaume Plensa. Una obra que es parte del legado de la pasada Expo Internacional de 2008, donde Zaragoza se volvió a convertir en el punto de encuentro de la Hispanidad.


Ver Zaragoza, capital de la Hispanidad en un mapa más grande
 
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