Entre las islas del Bunyonyi

Por Ignacio Stábile
Viajar a África y encontrar áreas lacustres de notables dimensiones no sorprenderá, seguramente, a ningún turista que visite la región del “Gran Valle del Rift”, formado por una gran fractura geológica de más de 4800 kilómetros y que atraviesa, de norte a sur Etiopía, Kenia, Tanzania, Uganda, finalizando en Mozambique.
Formada hace más de 30 millones de años, la “Gran Grieta” (como también se la suele llamar) conserva algunos de los paisajes más espectaculares del continente africano, debido a las enorme fracturas que contiene (y que sigue provocando debido a su carácter sísmico) el valle. Sin dudas, el más famoso de estos sitios es el de las cascadas Victoria, en la frontera entre Zimbabwe y Zambia. Pero además de este fantástico salto, gran cantidad de lagos se encuentran desperdigados a lo largo del valle, pero concentrados particularmente entre Kenia, Tanzania y Uganda.
En éste último país, se encuentra el segundo lago más grande del continente después del Victoria, que le sirve de frontera natural con Kenia y Tanzania: se trata del Bunyonyi, en el sudoeste de Uganda,país que cuenta además con diversos lagos, cuyos nombres (Alberto, Eduardo y el ya mencionado Victoria) denotan la anterior presencia colonial inglesa hasta la posterior independencia ugandesa en 1962.
Haciendo base en la localidad de Kabale (en el sudoeste de Uganda, a poca distancia del límite con Ruanda), se puede llegar a este pintoresco sitio, único por su diversidad faunística (el nombre del lago significa “lugar de muchas aves”) y por sus 29 islas diseminadas a lo largo de los más de 60 kilómetros cuadrados que ocupa la superficie del Bunyonyi, con 25 kilómetros de largo y 7 kilómetros de ancho.
Safaris que combinan la visita al lago junto a reservas de gorilas parten desde Kabale y es posible, a su vez, dormir en algunos de los hoteles a orillas del Bunyonyi.
La isla Kyahugye es una de las más atractivas en este sentido, incluyendo la posibilidad de acampar en la zona más alta de la misma, lo cual permite obtener vistas únicas del lago.
Una de las particularidades que presenta este sitio, es la presencia de los bakiga y los batwa, campesinos que habitan en las islas y se desplazan entre las mismas a través de canoas y que ofrecen al viajero la posibilidad de mostrarle algunas de sus costumbres, desde bailes típicos hasta su manera de compenetrarse con el entorno natural. Los principales ingresos de los isleños están asociados a la venta de productos agrícolas que ellos mismos cosechan en las terrazas de varias islas.
Sin tener que dejar su lugar de origen, los habitantes locales tienen la posibilidad de llevar a sus niños a las escuelas que se encuentran en las islas Bwama y Njuyeera, donde en la década del ’30 funcionó un hospital de leprosos que organizó un misionero inglés, Leonard Sharp (de aquí que muchos conozcan esta parte del lago como las islas Sharp).
Se pueden realizar paseos en las embarcaciones de los bakiga por el lago para conocer la fauna y la flora del lugar, así como también sumergirse en las aguas del Bunyonyi dentro de algunas de las zonas balnearias habilitadas.
Debido a la deforestación que ha sufrido la zona, en mayor medida por el avance de la agricultura y las deficiencias en materia económica y social, la Lake Bunyonyi Development Company (LBDC) ha desarrollado junto a los isleños diversos proyectos con fondos provenientes del turismo. Entre los mismos se destacan campañas y talleres para el cuidado del medio ambiente, reforestación y cuidado del suelo ante el avance de la erosión del mismo, como también programas educativos para concientizar sobre el cuidado frente al HIV.
Esta asociación tiene sede en Kabale y en la isla Bushara del lago, que ofrece al turista participar en las actividades anteriormente comentadas, además de llevar adelante la administración de cabañas y campamentos.
Ofrecen asimismo todo tipo de caminatas, la posibilidad de disfrutar de un paseo en canoa por el lago, danzas típicas junto a fogatas por la noche y la observación del cielo nocturno a través de telescopios.
Para muchos turistas que recorren la región de los lagos africanos, el Bunyonyi, que es uno de los últimos en el curso del Valle del Rift, será el comienzo de un viaje que ofrecerá atractivos, sin dudas, de excepción.