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08 de junio de 2015
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Plasencia: historia y naturaleza en Extremadura

Las ciudades medievales siempre tienen su encanto, pero si además se le suma la posibilidad de conocer parte de la historia de un país y de recorrer hermosos escenarios naturales, la satisfacción de la visita está garantizada.
Plasencia: historia y naturaleza en Extremadura
Monasterio Yuste - Plasencia

Por Aldana Chiodi
Plasencia se ubica en el departamento de Cáseres, en la provincia de Extremadura, España. Su casco antiguo es un museo a cielo abierto del pasado medieval que la acompañó.
Antes de que Alfonso VIII la reconquistara en el siglo XII había sido habitada por romanos y árabes. Luego, a partir del siglo XV, la nobleza de la zona se instaló en ella y sus construcciones son en la actualidad uno de sus mayores atractivos.plaza mayor plasencia
Desde su Catedral, formada por dos edificios, la llamada Catedral Vieja, con un estilo de transición entre el románico y el gótico, y la Catedral Nueva, con elementos góticos y renacentistas; hasta sus murallas y puertas, algunas de las cuales fueron remodeladas.
Al caminar por las calles zigzagueantes de la ciudad vieja es posible encontrarse con una hermosa arquitectura palaciega. Algunos de esos edificios se conservan en su estado original y no se utilizan para ninguna actividad, mientras que otros fueron reciclados y hoy son hoteles, restaurantes o comercios.
La vida entre las murallas cambia mucho entre la semana y los fines de semana. Los días de semana, el movimiento es mayor, los comercios están todos abiertos y muchos habitantes de la ciudad nueva se sumergen en el caso antiguo para realizar sus actividades cotidianas. Los fines de semana, en cambio, la ciudad vieja parece descansar. Muchos comercios permanecen cerrados y solo se ven grupos de turistas que pasean sus cámaras buscando inmortalizar algún detalle. Los domingos son especiales. Sobre todo en el mes de mayo. En España, mayo es el mes de las comuniones y Plasencia no es la excepción. En los alrededores de la catedral y de las otras iglesias es posible observar a niñas y niños de blanco, festejando su primera comunión y jugando en la vereda aunque sus padres pretendan que esa blancura perdure hasta la noche. Además, cerca del horario de misa, la Plaza Mayor se llena de personas muy bien vestidas, esperando por la celebración y descansando bajo la sombra de algún árbol.
Fuera del casco histórico, Plasencia es una ciudad moderna, limpia, con una costanera ideal para caminar mientras se observa el río y se planifican los próximos pasos del viaje.
Esos pasos pueden ser conocer alguno de los pueblos y atractivos naturales que rodean a la ciudad. Por ejemplo, la Comarca de la Vera donde se encuentra el pintoresco pueblo Garganta la Olla y el Monasterio de Yuste, donde el emperador Carlos V pasó sus últimos meses; el Valle de Jerte, conocido por la Fiesta del Cerezo en Flor; el Parque Nacional de Monfragüe, con sierras, bosques, arroyos, castillos y pinturas rupestres, y el Valle de Ambroz, entre otros.
Si visitan la ciudad en el mes de octubre, pueden participar de la Feria de la Tapa, una de las fiestas más esperadas en la que se pueden degustar más de 100 tapas extremeñas.
A solo dos horas y media en auto desde Madrid, Plasencia y sus alrededores son ideales para combinar un viaje con historia, gastronomía y naturaleza.

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