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28 de marzo de 2016
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Río Usumacinta: la arteria fluvial del mundo maya

En la frontera entre México y Guatemala, discurre este curso de agua que ofrece en ambas orillas un notable repertorio arqueológico y natural.
Río Usumacinta: la arteria fluvial del mundo maya
Rio Usumacinta

Por Ignacio Stábile
El poeta mexicano Carlos Pellicer no dejaba de sorprenderse por la belleza de este río. “Mirando el río de aquellas tardes, junté las manos para beberlo. Por mi garganta pasaba un ave, pasaba el cielo”, dice parte del poema “El canto del Usumacinta”, fiel descripción de la variada flora y fauna que se destaca en sus orillas, pero también de su imponente reservorio cultural.
Es que los más de 1100 kilómetros de longitud del Usumacinta atraviesan importantes departamentos de México y Guatemala, siendo en la antigüedad una vía fundamental en cuanto al transporte y la obtención de recursos de la sociedad maya.
Su nombre varía según la región: Pacaranat y Chixoy en el departamento de Quiché, río Salinasen el Petén.
El término Usumacinta (originalmente, Osoma-tsin-tla) significa “tierra de monitos”, nombre que será inmediatamente identificado por quien se interne en la espesa selva de ambas orillas a la altura de la región del Petén.
Nace en la Sierra de Chama, en Alta Verapaz e inicia su recorrido por tierras guatemaltecas. Diversos ríos y riachos desembocan en él, particularmente cuando se adentra en la región de Petén (por ejemplo, el río de la Pasión) hasta desembocar en Tabasco, en el Golfo de México, donde forma un hermoso delta.
Tres son los sectores destacados de este curso: el Alto Usumacinta, Bajo Usumacinta y el Delta del Usumacinta – Grijalva.
Encontrando la historia maya
En el momento de bañar la orilla del estado de Chiapas, uno de los sitios más interesantes es Yaxchilán, antigua ciudad del período clásico maya, actualmente sitio arqueológico.
Desembarcando en el muelle que conduce al yacimiento y atravesando una enmarañada selva de ceibas y árboles enormes, los visitantes quedarán deslumbrados ante uno de los lugares más escondidos y poco visitados por el turismo en Chiapas.
Los diversos templos de la antigua elite se encuentran en diversos promontorios, muchos de ellos cubiertos por las raíces de las ceibas, lo cual le brinda un marco único.
Algunas de las mejores estelas mayas se encuentran en Yaxchilan, en perfectas condiciones de conservación.
La forma más accesible de llegar es desde Palenque o Frontera Corozal (ambas localidades en México) y luego se toma una embarcación por el Usumacinta. Hay que tener en cuenta que el parque arqueológico cuenta con servicios básicos reducidos.
Asimismo, existe la posibilidad de realizar una excursión de día entero a Yaxchilán y Bonampak, la famosa ciudad cuyos murales son, posiblemente, los mejores conservados y los más famosos de la antigüedad maya.
Aliada durante el período clásico durante muchos años a Yaxchilán se encontraba Piedras Negras, otra de las grandes ciudades estado del período clásico.
De acceso mucho más dificultoso, este sitio se ha caracterizado por su compleja e impactante arquitectura, en la cual sobresalen detalles escénicos en sus murales. Si bien la conservación y restauración no está tan avanzada como en Yaxchilán, la selva le brinda un marco absolutamente fascinante.
Una de las particularidades de Piedras Negras dentro del mundo antiguo maya, era la presencia de baños de vapor, claramente diseñados para ser usados por la elite gobernante.
Tambipen se encuentran en este lugar sepultados los restos de Tatiana Proskouriakoff, arqueóloga rusa que participó en el desciframiento de la epigrafía maya y de la mayoría de las estelas que se encuentran en este yacimiento.
Desde Frontera Corozal hay lanchas que parten hasta Piedras Negras, navegando unas dos horas por el Usumacinta. Es la manera más accesible de llegar. La posibilidad, desde territorio guatemalteco, es más ardua: se puede realizar una caminata de varios días acampando por la selva.
El río y el esplendor natural
El área del Alto Usumacinta, como gran atractivo, presenta el Área de protección de flora y fauna Cañón del Usumacinta, en el estado de Tabasco, municipio de Tenosique.
De enorme belleza y con cañadones que llegan a los 200 metros de altura, la reserva del cañón protege una gran cantidad de animales, destacándose el jaguar o tigre americano.
Para los amantes del ecoturismo, se puede realizar senderismo por áreas autorizadas, así como rappel y rafting, ya que el Usumacinta ofrece en ésta región una zona de rápidos que lo permite.
Los atractivos no terminan allí, ya que además el área protegida cuenta con dos importantes sitios arqueológicos, Pomoná y San Claudio, junto a los cenotes Ya Ax Ha y Aktun Ha, para aquellos que busquen seguir descubriendo el legado de la cultura maya.
Dejando atrás el Cañón del Usumacinta, el río llega a su recorrido final al unirse al río Grijalva y formar el delta que antecede a la desembocadura en el Golfo de México.
El lugar más atractivo, sin dudas, es la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla, uno de los humedales más grandes del mundo, que sirve de unión entre diversos pueblos de Tabasco.
Conviven aquí desde cocodrilos, jaguares, manatíes hasta una variada cantidad de aves.
Se puede realizar recorridos en los catamaranes que parten desde el muelle Tres Brazos, que incluyen avistaje de flora y fauna, hasta visitar algunos sitios arqueológicos menores.
Desde la frontera sur del estado Chiapas con Guatemala, recorriendo antiguas ciudades del esplendor maya, topándose con jaguares en la orilla del río hasta que las paredes rocosas ascienden formando notables cañadones, el río Usumacinta es un recorrido inagotable de historia, cultura, naturaleza y vida.

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