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17 de agosto de 2016
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Turismo, la gran industria

Los nuevos modos de concebir un viaje y la apertura de nuevos contextos, hacen de la industria del turismo, una plaza que no deja de crecer año tras año
Turismo, la gran industria

Como ocurre con otras esferas del mercado económico, el turismo también se ha visto influenciado por los diversos cambios que trajo el nuevo milenio. Descubrimientos científicos, otras maneras de ver la realidad, el fuerte impacto de la tecnología, entre otros muchos factores, han beneficiado generosamente a la industria del turismo. El concepto mismo de ‘vacación’ se ha ampliado, traspasando las fronteras de los calendarios laborales para poder extender el placer por viajar fuera o dentro de un mismo territorio. Los gustos e intereses de las personas también encuentran puntos de concreción en geografías distantes, más allá de los escenarios “de moda”. 
De acuerdo con los últimos datos brindados por la OMT (Organización Mundial del Turismo), casi 400 millones de personas realizaron viajes internacionales a diversas partes del mundo entre los primeros cuatro meses del corriente año, lo que significa un crecimiento superior al 5% respecto del mismo periodo del 2015. En este sentido, queda demostrado que más allá de los altibajos que experimentan algunas economías regionales y la actualidad de ciertos contextos sociales, el turismo sigue siendo uno de los sectores más redituables.
Factores de crecimiento 
Una compleja red de factores posibilita que el turismo, lejos de estancarse, se proyecte en alza. Sin embargo, se pueden avizorar alguno de ellos detrás del ímpetu comunitario de querer viajar. El más evidente, la conexión global a través de la red, ha generado que miles de personas puedan acceder a informaciones relevantes y, en muchos casos decisivas, para emprender un viaje: alojamiento, vuelos, paquetes turísticos, se transforman en imperdibles ofertas a través de sitios de internet. Del mismo modo, las experiencias se multiplican a través de foros y comunidades con expectativas semejantes, lo que permite enterarse de cuestiones antes impensadas hasta la llegada a destino. Sin lugar a dudas, la red ha transformado los modos de viajar.
Otro factor, en cierto modo ligado al anterior, es la ampliación del mapa turístico. Si bien, tal como lo aclara la OMT, el ranking de los elegidos sigue siendo Estados Unidos, China, España y Francia, muchos otros lugares poco a poco se van erigiendo como favoritos. Así, el Caribe, los países de América Central y del Sur, han registrado un crecimiento significativo en el 2016. Esto puede ser un índice de que la ‘mirada’ del potencial turista también se ha modificado.
Como las mentalidades van cambiando de la mano del proceso histórico, las formas de relacionarse, pensar y sentir, también reflejan estas mutaciones. Así, nuevas maneras de percibir estilos de vida distintos, promueven también otros gustos e intereses que derivan en búsquedas más allá de lo establecido o, lo que se podría denominar “tradicional”. Visitar Europa sigue siendo un placer con mayúsculas, no obstante, el menú se ha diversificado de acuerdo a otras preferencias personales, hasta ahora poco explotadas. Por ejemplo, el turismo religioso abrió otros centros vinculados a la meditación; el turismo aventura se forjó en escenarios inhóspitos donde el hombre casi no tenía presencia; y el turismo gastronómico, propuso otros motivos para salir de viaje. La regla es simple: cuanta más oferta haya, más demandantes existirán, deseosos de vivir lo que les gusta.
Por su parte, ciertas regiones hasta ahora poco explotadas turísticamente, vieron en este sector un potencial mercado y salieron a ofrecer masivamente sus encantos. Por caso, playas recónditas en el medio de aguas cristalinas, alejadas del estrés y el bullicio de una ciudad, son cotizadas cual lingote de oro. En este sentido, también hacen lo suyo las facilidades del transporte: cruceros, vuelos y carreteras son prioridad para que el viaje sea concretado con éxito.
Los hábitos han cambiado, y, como se ve, millones de personas invierten cada vez con mayor entusiasmo, todos sus ahorros en viajar. El turismo se conforma así como una industria en crecimiento que reparte sumas de dinero en distintas esferas: hotelería, transporte, logística, sitios de internet, restaurante, producción de artesanías y recuerdos, y una larga cadena que repercute positivamente en las economías regionales y locales.
Gente que viaja es dinero en movimiento continuo, es placer que supera al del viajero. 

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