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10 de agosto de 2012
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Isla de San Vicente, la Joya de Cabo Verde

La isla de San Vicente y su capital Mindelo son uno de los grandes reclamos de Cabo Verde, un lugar casi desconocido y sin explotar por el turismo de masas.
Isla de San Vicente, la Joya de Cabo Verde
Bahía de Mindelo y Monte Cara al fondo
Texto: Armando Cerra - Fotos: Mónica Grimal
Para empezar es necesario ubicar Cabo Verde en un mapamundi. Este archipiélago compuesto por 10 islas, se sitúa en el Atlántico, separado por 600 km de agua de la costa occidental africana, concretamente de las tierras de Senegal y Mauritania.
Su latitud indica un clima tropical, lo que incide en los paisajes y vegetación, si bien cada isla es distinta a sus hermanas. Las posibilidades que ofrece este conjunto isleño son amplias, aunque la gran mayoría de visitantes recala solo en unas pocas de ellas.Gran playa de Calhau
Casi todos los viajeros llegan a la isla de Sal, donde hay aeropuerto internacional y donde están las grandes playas del país. De hecho, estas playas se conocen mundialmente por sus excelentes condiciones para la práctica del windsurf.
Desde ahí, los turistas se desplazan a las islas de Santiago, Fogo, Santo Antao y Sao Vicente. En la primera se encuentra la capital de la república, la ciudad de Praia. En el caso de Fogo y de Santo Antao, los principales atractivos son naturales: el gran volcán que formó la isla de Fogo, y la combinación de aridez y de cordilleras frondosas a lo largo de la extensión de Santo Antao.
Si tras esas visitar, el viajero no ha sucumbido a los encantos del país y de sus habitantes, sin duda lo hará en la isla de Sao Vicente. Allí nos espera una singular mezcla entre África y el pasado colonial, es decir, la esencia criolla del país.
La extensión de la isla permite recorrerla con cortos desplazamientos. Para ello, lo más recomendable es recurrir a los servicios de aluger, o sea, contratar para toda la jornada un servicio de taxi, el precio es asumible y no nos perderemos por los intrincados caminos de la isla.Azulejo de plaza Estrela en Mindelo
De este modo, se puede llegar a Calhau y ver su gran playa con pequeños conos volcánicos. Pese a la belleza del lugar, no es el sitio más recomendable para bañarse. Si lo que se desea es darse un chapuzón en las aguas atlánticas, es mejor ir a Baia das Gatas.
En otra pequeña población, Salamansa, también hay una amplia playa. Pero desde luego, lo que más llama la atención de esta pobre aldea, es la amabilidad de sus pobladores, deseosos de recibir visitas.
Si el día está claro, el taxista también ascenderá por la carretera del Monte Verde. Su cumbre ofrece una amplia panorámica de la isla, entre cuyo paisaje destaca la capital, Mindelo.
Mindelo cuenta con suficiente oferta hotelera para disfrutar de varias jornadas sumergidos en el particular ambiente de la ciudad. Paseando por sus calles, rápidamente uno se adapta al ritmo tranquilo de estas latitudes, y con paso lento se visitan sus enclaves más significativos.
Uno de ellos es la plaza Estrela, donde vendedores ambulantes establecen hay sus puestos con cualquier objeto que uno busque, desde ropa hasta tecnología. Un mercado callejero cercado por unos muros donde se relata la historia del país en forma de azulejos blancos y azules, un claro recuerdo del pasado como colonia portuguesa.
Esos azulejos plasman su triste pasado colonial, cuando Mindelo fue un puerto de negreros que aquí hacían escala con barcos repletos de esclavos camino de América. También como recuerdo del dominio luso, en la bahía de Mindelo se yergue una réplica de la lisboeta Torre de Belém. Junto a esta torre se goza de una amplia vista de la bahía, cerrada por el llamado Monte Cara, dado que su perfil simula un rostro tumbado.Café Lisboa
Atravesando todo el paseo de la bahía se llega hasta la plaza Nova, el tradicional lugar de encuentro de los mindelenses, que ahí charlan mientras dan vueltas a los jardines de la plaza. El continuo girar de los paseantes hace que popularmente el lugar se conozca como el molino.
Pero tanto caminar agota, es hora de refrescarse en uno de los bares más emblemáticos de la ciudad, el Café Lisboa, situado en la calle del mismo nombre. Este pequeño establecimiento es todo un monumento en Cabo Verde. Ahí beben, comparten ideas y relatan experiencias las figuras más importantes de la cultura caboverdiana, y especialmente sus músicos, los grandes embajadores del país, que gracias a sus recitales por todo el globo, poco a poco van ubicando este archipiélago en el mapamundi.
Si has estado en estas islas, comparte aquí tus experiencias con nuestros lectores.
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