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03 de febrero de 2014
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La España del Cid

El "Camino del Cid" es una propuesta turística basada en la literatura. El itinerario propuesto sigue las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar en sus épicas luchas y la conformación de su leyenda. Un viaje no solo por la historia. Los paisajes y pueblos de España son los principales escenarios.
La España del Cid
El Cid Campeador, con su propia ruta temática

por Rodrigo Carretero

Ya desde 1996, en la ciudad de Burgos, se ideó el camino. Primero fueron unos escasos 18 kilómetros que unían el Vivar del Cid con San Pedro de Cardeña, pero en 2002, con la conformación del consorcio Camino del Cid, se institucionalizó la ruta temática completa. Hoy, el Camino atraviesa, mediante rutas que se van uniendo unas con otras, buena parte de España a lo largo de cuatro comunidades  (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Valencia). Todas estas, zonas de una gran riqueza medioambiental e histórica cultural, transforman  a esta ruta, junto a la del Quijote, en una posibilidad única de conocer una parte del país mediterráneo desde una perspectiva diferente.

Teniendo en cuenta diferentes criterios y basado fundamentalmente en la trama del Cantar del Mío Cid, en el camino, el viajero encuentra a lo largo del andar todos los escenarios citados en el poema. Claro está que el tiempo transcurrido, la invención fantástica y la propia leyenda del Campeador, juegan en contra de un recorrido fehaciente y concreto con un máximo de veracidad, pero qué importa. Lo que realmente atrae a los turistas es sentirse por momentos ellos mismos, hidalgos caballeros medievales, luchando contra el opresor, las injusticias, reivindicando el buen nombre de las damas y dejando el propio tallado en la piedra de la eternidad. El recorrido propuesto se basa en los dos primeros cantares, dejando afuera el tercero, que transcurre más que nada en la región de Toledo. Así pues, tomando como punto de partida un pequeño pueblo, cercano a la ciudad de Burgos, es tiempo de cargar la mochila con lo necesario para encarar el mito. Fundamental resulta llevar un ejemplar del poema fundacional de las letras castellanas.

Para revivir la gesta del Cid hay varias opciones. Bien se puede hacer por rutas asfaltadas en vehículos o bicicletas o bien por senderos de tierra diseñados para los más aventureros y desean caminar. A tener en cuenta que los caminos “a pie” no son los oficiales y no están señalizados, aunque corren de forma paralela al asfalto, ofrecen dificultades a sortear. Habiendo decidido ya el medio de transporte, queda elegir la forma de conocer que puede ser en  tramos, anillos o ramales.  Tantas posibilidades convierten al Camino del Cid en una opción turística abierta, posible de ser conocida sin condicionamientos o imposiciones externas, más allá del gusto y tiempos del turista. La libertad es la protagonista principal, el espíritu aventurero queda librado al azar y a las circunstancias de cada caballero, siendo su destino el que forje a lo largo del camino recorrido. Dado esto, hay circuitos desde 50 hasta más de 300 kilómetros de recorrido, desde una excursión de un solo día hasta 3 o 4 días vividos a pleno.

Dada la imposibilidad de dar detalle a todos, vale la pena resaltar “El destierro”, el recorrido más extenso y con una duración de 4 días. Aquí se reviven los penares del Cid tras su deshonra por parte del rey de Castilla. Se visitan las ciudades  de Burgos, Soria, y Guadalajara, pero no quedan afuera ni el Vivar (hogar de Rodrigo), ni decenas de pueblitos y sitios nombrados a lo largo del primer cantar del poema. En este viaje, es posible sentir en el cuerpo, el alma de Castilla. Sitios fundacionales de la hispanidad son visitados y rememorados y que van alternando un paisaje de cultivos con bosques de robles y pinos. A lo largo del río Duero,  numerosas atalayas y castillos demuestran la importancia geopolítica de la zona durante el Medioevo.  En Santo Domingo de Silos la ruta de asfalto se separa del sendero, para volver a juntarse 50 kilómetros más allá, en Alcubilla de Avellaneda, ya en la región de Soria. Este pequeño trayecto depara algunas sorpresas, como el pueblito de Espinosa de Cervera, con su iglesia románica o Caleruega, cuna de la Orden de los Dominicos, por lo que alberga un interesante museo. De allí, el camino discurre hasta Peñalba de Castro, donde se hallan los yacimientos arqueológicos de la ciudad romana de Clunia, otrora ciudad imperial y más adelante Coruña del Conde, donde es posible fotografiar una de las escenas más extrañas: un avión a chorro recorta su perfil frente a las ruinas de un castillo medieval.

Otras de las variantes posibles de conocer son: “Tierras de Frontera, la ruta por la supervivencia: algaras, asedios y batallas”; “La Conquista de Valencia: el camino hacia el mar” ó “La Defensa del Sur, recorrido histórico y literario por la línea defensiva del interior levantino”.  Sea cual sea la opción elegida, en todos los sitios la oferta hotelera y gastronómica se conjugan para dar un marco de lujo y de aventura a un viaje que va más allá del simple placer de conocer. Hacer el Camino del Cid es llegarse hasta nuestra más profunda raíz y descubrir el origen de muchos de los aspectos que nos definen, hasta el propio nombre.

Más información: www.caminodelcid.org

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