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04 de noviembre de 2015
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El camino de la muerte, adrenalina en estado puro

Es una de las rutas más peligrosas del mundo. Es un camino de cornisa que coquetea con la parca a cada instante. Para los operadores turísticos es una forma de ofrecer aventura y pura adrenalina.
El camino de la muerte, adrenalina en estado puro
El Camino de la Muerte, uno de los más peligrosos del mundo.

Por Verónica Luna
El Camino de la Muerte es una aventura sólo apta para intrépidos, arriesgados y corajudos. Un viaje de ida hacia una experiencia impactante. Sin embargo, la denominación no es azarosa. Es una ruta peligrosa en la que se registraron numerosos accidentes que obligaron a reemplazarla por otra. Una vez que el tránsito vehicular se desplazó hacia la nueva senda, el Death Road se convirtió en un atractivo turístico que se recorre en bicicleta.El Camino de la Muerte, Bolivia
La carretera se despliega a 96 kilómetros de la ciudad de La Paz, Bolivia. Fue construida en la década de 1930 y en su trayecto conecta con la selva amazónica del norte del país. Transita la región conocida como de Los Yungas, dueña de un singular paisaje donde conviven montañas y abundante vegetación. El clima semi tropical es apto para plantaciones de coca, cítricos y bananas, que también forman parte del paisaje.
El punto de partida para internarse en esta peculiar aventura es el paso de La Cumbre, a 4700 metros sobre el nivel del mar, desde donde se comienza a descender hasta la localidad de Coroico. La travesía es realmente extrema con su estrecho carril de una sola dirección, sus pendientes pronunciadas, y sus curvas. Le suman tensión los abismos que se extienden barranca abajo, las zonas de derrumbe, las piedras sueltas que forman parte del suelo, las caídas de agua, la niebla y las lluvias.
El circuito permite descender 3600 metros a lo largo de poco más de 60 kilómetros. Se realiza con guía, y son las agencias de turismo las que se encargan de transportar las bicicletas, y todo el equipamiento necesario.
Realizar el recorrido es todo un desafío para los turistas intrépidos. Pero es necesario tomar las precauciones que permitan terminar la aventura de un modo feliz. A pesar de haberse producido un desplazamiento del tráfico vehicular hacia la nueva carretera asfaltada inaugurada en 2007, lo cierto es que algunos vehículos siguen eligiendo recorrer esta ruta. Sin embargo, los ciclistas no están exentos del peligro de muerte. De hecho, a lo largo del camino pueden encontrarse cruces que dan cuenta de las víctimas que se cobró la ruta.El Camino de la Muerte, neblina
El camino es en bajada y la velocidad que adquieren las bicicletas, requiere de la destreza del ciclista. Distraerse con el paisaje, hacer una mala maniobra, no llegar a doblar en una curva, pueden tener consecuencias lamentables. Pese a ello, el atractivo del Death Road es creciente. Cada año son más los turistas que se entusiasman con el desafío.
La actividad lleva toda una jornada. Se parte bien temprano desde La Paz, y se regresa al anochecer. Los servicios de los prestadores turísticos incluyen las viandas y el almuerzo así como el momento de relax luego del recorrido ciclístico que por momentos se vuelve bastante exigente. A lo largo de 67 kilómetros que lleva el recorrido, los ciclistas pasan del frío a la neblina y la humedad de la selva. Se calcula que cada día cerca de 200 turistas extranjeros realizan la travesía. Sin dudas, el marketing de la muerte le suma un plus al desafío.
Al finalizar la jornada, los organizadores de la expedición suelen coronar el cierre de la actividad con la entrega de un souvenir que es una especie de diploma para señalar que se sobrevivió al Death Road. De ese modo, el morbo se sigue alimentando y la ruta tiene asegurados nuevos ciclistas que esperan su turno para coquetear con la muerte.
¿Alguna vez recorriste el Death Road? Compartí aquí tu experiencia.


 
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