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22 de abril de 2016
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Las montañas sagradas del mundo

La historia del hombre tiene muchos comienzos. Algunos son sagrados y se esconden tras enormes secretos. Bajo la apariencia de montañas, estos lugares se encargan de resguardar la sacralidad de esa historia.
Las montañas sagradas del mundo
Monte Taishan

La civilización, sin distinción de culturas, ha sabido marcar geografías propias, que escapan a la cartografía más minuciosa. Se trata de divisiones que delimitan lo sagrado de lo profano. De este lado, la vida terrenal, de aquí hacia allá, lo divino. Encarnado en la naturaleza desde los inicios, los espacios sagrados se dispersan por todo el planeta, sumando a su encanto natural, otro, quizá más profundo y, tal vez por esto mismo, más valioso. Entre ellos, varias montañas se erigen como representantes de la divinidad entre los mortales. Monte Kailiash
A lo largo de los continentes, una importante cantidad de montañas son actualmente consideradas sagradas por diversas culturas. No es necesario emprender largas travesías ni duros periplos para vivir la experiencia de contemplar, y por qué no, ascender una de ellas. Así, si el destino es el continente asiático, no habrá inconvenientes para toparse con uno de estos monumentos naturales. En la India, por ejemplo, se encuentra el monte Kailash. Si bien no es posible acceder a su cima, sí se puede transitar en su base. Muchas son las personas que se acercan al “Trono de los dioses” como también es conocido, puesto que se trata de un símbolo sagrado para distintas religiones, entre ellas el budismo y el hinduismo. Según se cuenta, en lo más alto, habita Shiva, el dios de la destrucción. Imponente como pocos, una visita al Kailash, allí en el mismísimo Tibet, no decepcionará a ninguna cámara fotográfica. 
Dentro de Asia, es imposible no mencionar a las cinco montañas sagradas de China. Viajeros de todas partes viven lo sagrado en cualquiera ellas. Los montes TaishanSongHuashan, Bei Hengshan y Nan Hengshan, conforman este conjunto que invita al recogimiento y la meditación en alguno de los templos que lo rodean. Monte SinaiFinalmente, el monte Sinaí, también en territorio asiático, guarda los secretos de aquel encuentro bíblico entre Moisés y Dios, quien le encargó la tarea de divulgar los diez mandamientos. 
Si la brújula indica otros rumbos, África es un punto igual de paradigmático para el acercamiento a lo sagrado. Sin lugar a dudas, el Kilimanjaro, en Tanzania, es una de las grandes potencias de la naturaleza a la que también se le asocia un tinte de sacralidad. Según los chaggas, en él conviven la esperanza y las fuerzas unidas del mal. Un espectáculo único si se piensa que en su cima o Kibo se halla una gran caldera que la corona. 
Quienes paseen por tierras europeas, también tendrán para elegir. Entre sus opciones, cabe mencionar al Tindaya, en España. Símbolo de la fertilidad, los antiguos habitantes de estas tierras -los majos -, rendían culto a la madre naturaleza, ofreciendo obsequios y arte plasmado en sus rocas. Avanzando un poco más, los amantes de la mitología tienen la oportunidad de ver la morada de los dioses griegos. Se trata del monte Olimpo, lugar escogido por la genealogía divina para vivir y ejecutar sus planes. Desde allí, se supone que el poderoso Zeus descargaba sus rayos. 
En Oceanía, los ojos pueden posarse en la majestuosidad de la montaña Uluru, en Australia. Ligado a las cosmogonías del pueblo aborigen de los Anangu, este monte se caracteriza por sus tonalidades siempre cambiantes a lo largo de las estaciones. Allí mismo inicia el sentido de la vida, y cada pliegue es un signo de la divinidad en la tierra. 
Las Américas no podían ser la excepción, por ello, los turistas que recorran sus latitudes encontraran a lo largo de este continente, otras tantas montañas sagradas, por ejemplo, el Shasta. Ubicado en los Estados Unidos, en California, este monte era el punto de encuentro entre Skell, dios de los cielos y la tribu Klamath. Actualmente, se lo considera un espacio sagrado en el que se puede vivenciar sensaciones de otros mundos. kilimanjaro
Más abajo del mapa, en Guanajuato (México), se halla el cerro Culiacan. Según la cultura azteca, este sitio es el punto de origen para su civilización, de allí que sea considerado un lugar sagrado. 
Finalmente, cabe mencionar el cerro Uritorco, en la provincia de Córdoba, Argentina. Si bien no se lo puede considerar estrictamente un espacio sagrado, sí al menos se reconoce como un lugar cargado de misterios por lo que allí, dicen, ocurre. Como siempre, lo inexplicable lleva consigo una cuota de divinidad y algo de mística. 
Los recorridos se multiplican y el encuentro con lo sacro puede vivenciarse en otras tantas montañas sagradas que emergen para ser adoradas, aunque más no sea, por su imponencia natural.

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