El Concorde, cuyo nombre completo es Aérospatiale-BAC Concorde, fue el primer y único avión a reacción supersónico usado para el transporte de pasajeros.
Construido en conjunto por la empresa francesa Aérospatiale y la British Aircraft Corporation, fue pionero en la utilización de tecnología de punta para lograr que los vuelos sean mucho más rápidos. Podía llegar a destino en la mitad del tiempo de lo que tardaba un avión comercial.
Fue el primer avión de pasajeros en tener cuatro motores Olympus, alas Delta y un circuito híbrido, y aún hoy es considerado una joya de la
ingeniería.
Su construcción comenzó en 1962, en 1969 realizó su primer vuelo de prueba y en 1976 British Airways y Air France empezaron a operar sus vuelos con el Concorde.
En total se crearon 20 aviones, de los cuales 6 fueron prototipos de prueba. Los restantes 14 aviones fueron divididos equitativamente entre British Airways y Air France.
El 21 de mayo de 1976, el vuelo Air France 085 con 100 pasajeros a bordo despegó del aeropuerto
Charles de Gaulle con destino
Río de Janeiro, y pasó a la historia al ser el primer vuelo oficial del Concorde. Los 10.000 kilometros que separan París de Río tomaron solo 7 horas de vuelo.
Esta aeronave viajaba a dos veces la velocidad del sonido, 2.200 kilómetros por hora, y a una altura promedio de 18.000 metros. El vuelo que unía
Londres con la ciudad de Nueva York tomaba menos de 3 horas y media.
Por el
elevado costo del pasaje, las rutas más exitosas del Concorde fueron las que unían Londres y París con las ciudades de
Nueva York y Washington. Los ejecutivos de grandes empresas y personas en viajes de
negocios utilizaban los vuelos del Concorde para ganar tiempo cruzando el océano y así maximizar sus apretadas agendas. Eso sí, un pasaje ida y vuelta costaba casi 10.000 dólares.
Entre los más de 2 millones de personas que transportó el Concorde en sus 3 décadas de trayectoria se encuentran personajes como la Princesa Diana, Mick jagger, Sean Connery, Elton john y Joan Collins que eran pasajeros frecuentes a la hora de "cruzar el charco".
En julio del año 2000, el vuelo 4590 de Air France que despegó del aeropuerto París-Charles de Gaulle con rumbo al John F. Kennedy de Nueva York, sufrió un accidente y se estrelló en la localidad francesa de Gonesse. Tras 30 años sin ningún problema, fue el único accidente de un Concorde, en el que murieron los 100 pasajeros y 10 tripulantes.
Además de los temores que generó el accidente, otros problemas desencadenaron el fin de la "era Concorde": los altos costos de mantenimiento de los aviones, el elevado valor de los pasajes y el temor de los pasajeros a un atentado terrorista luego del 9/11.
Las aerolíneas de bandera británica y francesa anunciaron el fin de la "era Concorde" en 2003 y el último vuelo fue el 23 de noviembre de ese mismo año.
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