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19 de octubre de 2016
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Guimaraes, el germen de Portugal

Guimaraes es un destino obligado para los portugueses por motivos patrióticos, pero también lo es para el resto de gente por sus atractivos monumentales.
Guimaraes, el germen de Portugal
Castillo de Guimaraes - Foto gentileza de Mónica Grimal

Texto: Armando Cerra - Imágenes: Mónica Grimal
Guimaraes tal vez no posea el galardón de ser la ciudad más turística, ni la más hermosa, ni las más famosa de Portugal, pero posee un título que ninguna otra urbe lusa tiene. Se puede decir que Portugal comenzó a ser una nación independiente en Guimaraes.
¿Por qué? Es muy simple. En el poderoso castillo que se eleva sobre la ciudad vino al mundo el primer rey luso, Alfonso Henriques, en el año 1.109, quién años después lograría librarse del dominio del vecino Reino de Castilla pactando una independencia Aspecto del núcleo histórico de Guimaraesdefinitiva y que dura hasta nuestros días. Por esa razón, hoy en día el Castillo de Guimaraes es uno de los monumentos más emblemáticos del país. De hecho, está catalogado como una de las Siete Maravillas de Portugal, y los escolares de toda la república portuguesa tarde o temprano vienen aquí para conocer los orígenes de su nación.
Pero si para ellos, ese motivo de orgullo patrio es suficiente para acercarse hasta esta ciudad del norte de Portugal, la verdad es que para aquellos que no sean lusos también hay razones para descubrirla.
Ya hemos dicho que Guimaraes no es el lugar más turístico, hermoso o famoso del país. Pero si que estamos antes una ciudad muy visitada, atractiva y reconocible.  Especialmente por su valioso patrimonio histórico, donde sin duda alguna tiene un papel destacado el citado castillo.
La fortaleza se encuentra fuera del casco urbano, en una colina cuya cúspide está dominada por la ciudadela de siete torres almenadas y poderosas murallas, que en otro tiempo alcanzaron una extensión de 2 kilómetros. También en el pasado la cercana iglesia de San Miguel do Castello formaba parte del recinto y se cuenta que en esta austera iglesia románica del siglo XII fue bautizado Alfonso Henriques.
No obstante, en esa misma colina hay otro monumento de enorme interés: el Palacio de los Duques de Bragança. Un escenario literalmente de película, ya que aquí se han filmado distintas películas de época. Patio del Palacio de los Duques de BragançaY es que ni su exterior ni su interior necesitan prácticamente atrezzo para este tipo de producciones ya que guarda excelentemente el aspecto de un gran palacio de los siglos XV y XVI, periodo en el que se construyó, se amuebló y se decoró con ricas porcelanas, tapices o relojes, entre otros muchos objetos de incalculable valor y porte aristocrático.
El Palacio de los Duques de Bragança está rodeado de la vegetación de la colina, pero tras un corto paseo se entra al casco histórico de Guimaraes, y precisamente se hace por una de sus calles principales: la rúa de Santa María. Una vía empedrada de sabor añejo y flanqueada por casonas de piedra que sin darnos cuenta nos llevan hasta el corazón de la urbe.
No extraña que desde la colina del Castillo hasta el centro histórico haya tan poca distancia, ya que Guimaraes tiene un tamaño reducido para una población de apenas 50.000 habitantes. Y además la ciudad moderna se ha desarrollado hacia los otros extremos del casco viejo.
Por lo tanto, los paseos aquí son cortos y de lo más interesantes. Por ejemplo, siempre se llega a la plaza de Oliveira, donde está otro de los grandes hitos monumentales de la ciudad. La iglesia de Nuestra Señora de Oliveira, cuyos orígenes corren en paralelo al castillo, ya que aquí se construyó en el siglo X un convento. Si bien, el templo de hoy es muy diferente al de sus comienzos y sobre todo se conoce por el olivo (oliveira) que hay junto al edificio, el cual se cuenta que empezó a poblarse de hojas nada más acabar la construcción.
Y sin salir de esta plaza se contempla la Casa Consistorial del siglo XVI, con sus bajos en forma de soportales característicos del estilo manuelino, una forma de arte exclusiva de Portugal.Soportales típicos de Guimaraes
No acaban aquí los lugares atractivos del centro de la ciudad. También hay que caminar por el empedrado de la plaza de Toural, o entrar a las iglesias de San Francisco del siglo XV y la de San Gualter, situada fuera del centro pero realmente hermosa por su esbelta arquitectura y por los hermosos jardines que la rodean
Otro iglesia que también se puede visitar es la de San Pedro situada al lado de la oficina de turismo. Por cierto, en esa oficina también informan sobre los horarios del teleférico que llevan desde las calles de la ciudad hasta el Santuario de Pena (siglo XVII), situado en la cima y sobrevolando un bosque de pinos, mimosas y eucaliptos
Desde la altura del teleférico es como mejor se aprecia el conjunto histórico el cual queda prácticamente encerrado por tramos de murallas de los siglos XIV y XV. Unas murallas que dejan bien a las claras el mayor motivo de orgullo de Guimaraes, ya que sus habitantes han dedicado un buen tramo de amurallamiento para colocar un enorme cartel que dice: “Aquí nasceu Portugal”, o sea, aquí nació Portugal.


 
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