Geocaching, modernos buscadores de tesoros

Por Armando Cerra
Decir que internet ha revolucionado el mundo tal y como lo conocemos es algo ya obvio. En lo que a nuestros viajes se refiere está más que claro. Se compran los billetes de avión con la computadora, se elige alojamiento visitando infinidad de webs, las opiniones sobre destinos, restaurantes y hoteles se comparten con viajeros de otros continentes en activos foros, y por supuesto turistas y viajeros se informan a través de la pantalla en páginas como ésta en la que con un clic se dispone de TODO aquello que necesitamos PARA seguir deseando VIAJAR.
Pero la revolución que supone internet para el turismo y los viajes va más allá aún. La red virtual se convierte en real cuando nos propone experiencias interactivas en cualquier parte del planeta. Abundan en internet, pero vamos a elegir una curiosa, interesante y sumamente activa: el geocaching.
Si se desconoce en qué consiste esta actividad, sugiero que se visite la web www.geocaching.com. Lo primero que nos cuentan en esta página es una descripción de qué es el geocaching, que no es trata cosa más que la búsqueda de un tesoro oculto en cualquier lugar del planeta, en un emplazamiento cercano a nuestra vivienda o en algún escondrijo remoto en la otra parte del globo.
Y si a uno le motiva la búsqueda de ese tesoro, no tiene más que registrarse en la web y disponer de un aparato GPS para lanzarse a su búsqueda. Que nadie espere hallar cofres repletos de monedas ni joyas valiosas. El tesoro que ofrece el geocaching es la búsqueda, la experiencia de guiarse hasta alcanzar las coordenadas requeridas y allí buscar el ansiado objeto.
Nadie se hará materialmente rico con ese tesoro. Es más, en el caso de que uno se lo quiera llevar a casa, tendrá que dejar algo a cambio, para que otro intrépido geocacher pueda tener la misma experiencia. Y ambos luego coincidan contando su viaje en la web.
Sencillo, ¿no? No deja de ser esconder algo y que los amigos lo tengan que encontrar, es decir, un juego de los de toda la vida. En cambio, la novedad es que es un juego a escala planetaria y cualquiera que cumpla unas sencillas normas puede participar. Para comprobarlo, basta con pinchar en la pestaña de Mapa de Geocachés en la web geocaching.com. Ante nuestros ojos se despliega un mapamundi repleto de puntitos. Cada punto es un tesoro, y sobre todos ellos nos dan pistas para alcanzarlos.
Antes, viajábamos a un lugar y con el plano de la guía nos encaminábamos por las ciudades a buscar los monumentos más destacados o con el mapa recorríamos los caminos hasta llegar al más alto mirador que nos ofrecía una panorámica bellísima de un paisaje.
Ahora, podemos seguir haciendo eso, y otras muchas cosas. Por ejemplo, viajar hasta Japón o las islas Canarias y descargarnos antes las coordenadas de un caché que algún lugareño ha escondido por la zona, y una vez que hemos llegado a nuestro destino, ir en su búsqueda. Una forma diferente de integrarnos en los pueblos y paisajes que visitamos. Convertir esa búsqueda en nuestra particular aventura, y luego dichosos del hallazgo y de la experiencia narrarla con todo lujo de detalles, incluso fantasiosos, invitando a futuros aventureros de cualquier origen a disfrutar de su propia vivencia realizando el mismo recorrido que tú.
¿Te animas?