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06 de junio de 2011
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Restaurante itinerante

Tha Pale Blue Door es el emprendimiento gastronómico del inglés Tony Hornecker, que recorre diferentes latitudes ofreciendo no sólo delicias para el paladar sino también para todos los sentidos. Les contamos la experiencia por dentro.

El show, sólo apto para mentes desprejuiciadas (clickear para agrandar imagen). Foto: Dana SchottlaenderNo es fácil acceder a una mesa en este restaurante ambulante, pero quienes lo lograron dicen que disfrutar de una cena en The Pale Blue Door es una experiencia inolvidable. Todoparaviajar estuvo en el lugar creado por Tony Hornecker (esta vez en Londres, lugar en el que nació el proyecto) y vivió de cerca sus creaciones escenográficas y gourmet que ya maravillaron a casi 6 mil paladares del mundo.

The Pale Blue Door, además de la originalidad de su modalidad tiene en su haber también la unicidad de cada instalación. Así, Honecker no se repite a sí mismo sino que en cada nuevo destno crea una instalación irrepetible. Por supuesto, las mesas deben reservarse con antelación (mucha), pero la experiencia vale la pena.

Por dentro

Ingresar al Pale Blue Door es por demás interesante por varios motivos. En el caso de Londres, el restaurante se instaló en un garaje totalmente decorado y ambientado para pasar una velada agradable e inolvidable.

Dividido en varias habitaciones, el restaurante tiene diferentes espacios; el principal de ellos, con lugar para 7 u 8 mesas (algunas para 2 personas y otras para 6) mientras que los otros cuartos del galpón son secciones privadas en las que se podía apreciar, por ejemplo, un semipiso que balconeaba al salón principal con una mesa grande. ¿Otra opción? Una habitación con una mesa y una cama para que los comensales pudieran dormir luego de una suculenta comida.

Uno de los rincones del Pale Blue Door de Londres (clickear para agrandar imagen). Foto: Dana Schottlaender.Con una decoración ecléctica, plagada de objetos disímiles y para todos los gustos, el color es el gran protagonista de la instalación que puede apreciarse con una luz tenue, que le da un clima más íntimo y cálido.

Antes de ingresar al lugar, un simpático transformista les da la bienvenida a los visitantes, a quienes guía hacia su mesa y luego, durante la cena, entretiene con breves shows, entre plato y plato. Eso sí, para asistir a The Ple Blue Door es necesario dejar los prejuicios afuera, ya que los espectáculos que aquí amenizan la velada incluyen escenas de desnudez y pornografía.

En cuanto a la comida, puede calificarse como buena, al igual que su servicio, pero, claro, lo que menos importa aquí es esto, ya que se trata de una posibilidad única para disfrutar de 3 horas y media diferentes por donde se las mire.

Más información:
» http://tonyhornecker.wordpress.com

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