Cultura en Buenos Aires

Sentarse a leer un libro mientras se toma un rico café con pastelería hecha en casa, suena música de fondo y cuadros plagados de talento que visten sus paredes. Eso es lo que propone Dain Usina Cultural (Nicaragua 4899, Ciudad de Buenos Aires), un espacio en el que se vive, se respira y se consume arte y cultura.

“Vengo pensando en este espacio desde hace muchos años”, cuenta sonriente Endy Dain, dueña de Dain Usina Cultural. Y continúa: “Soy licenciada en Historia y traductora de inglés, por lo que mi vida siempre transcurrió entre libros y siento que ése es el lugar al que pertenezco. Siempre quise tener una librería y ahora llegó el momento de ponerla en práctica”.

La idea era armar un lugar en el que cada persona se sintiera como en casa. Y lo lograron. Pero además de la calidez –tanto en la decoración como en el clima y la atención-, Dain tiene un diferencial que lo convierte en una opción casi única. En pleno barrio de Palermo, donde uno tropieza paso a paso con el glamour y la modernidad, este espacio no es la excepción, pero rescata aquello que, con el tiempo, se fue perdiendo por estas latitudes: el librero. “Yo busqué a un librero de toda la vida (Francisco Offenhenden, director de la librería) porque quería a alguien que fuera del ámbito. No quería despachantes de libros sino libreros que supieran aconsejar”, explica Endy. Y así es, a punto tal que en Dain tienen su propio ranking de libros más vendidos, que no siempre coinciden con lo que dicta la publicidad o el marketing del momento. “El libro más vendido nuestro no necesariamente es el más vendido en general porque acá pasa, muchas veces, que a uno de nuestros vendedores le gustó mucho alguno y vende diez ejemplares de ése”, cuenta Francisco. Y aclara: “Por supuesto, también tenemos el libro del momento. Acá vas a encontrar todos los rubros que están en una librería, pero por la zona y el lugar mismo, sale mucho la literatura así como los libros de diseño, arte y arquitectura. Es más, en estas áreas tenemos material que no está en todos los lados, por lo que hacemos un trabajo diferenciado”.

Pero además de comprar un libro, hay muchas otras opciones en Dain. Y eso la convierte en un lugar para instalarse por horas y, por supuesto, volver una y otra vez. Así, también se puede pedir el libro que uno quiere para verlo y sentarse a una mesa a tomar algo mientras se lo lee. O llevar la computadora y trabajar rodeado de arte y música. O ir por la tarde simplemente a disfrutar de la música en vivo (un pianista se encarga de deleitar a los presentes todos los días). O ir un fin de semana a ver las bandas (han pasado desde cuartetos de jazz hasta tríos de música de Bahía), que suenan de manera inmejorable gracias a que Dain cuenta con un equipo de sonido que es el más moderno de Argentina. O simplemente dejarse tentar por los manjares de su menú. Pero ése es un tema aparte.

Arte, arte, arte

Todos los meses Dain Usina Cultural le ofrece su espacio a un artista diferente que cuelga sus obras allí. Endy se encarga personalmente de esta área. “Cuando a Picasso le preguntaron qué había que tener en cuenta, qué había que fijarse antes de comprar un cuadro, él dijo: ‘Si te gusta o no’. El arte es bueno cuando te gusta y es malo cuando no te gusta y es absolutamente subjetivo. Yo pienso igual. Para que expongan acá, me tiene que mover en algún lado, ya sea porque me gusta la composición, el color, porque es jugado… No quise tomar un curador justamente por eso, pero, por ejemplo, la exposición de Ana Lía Werthein sobre James Joyce fue curada por Rodrigo Alonso, que es el curador de la Bienal de Venecia y eso lo quiso hacer así Ana Lía. Yo le dejo al artista que haga lo que quiera, le doy el espacio y que hagan lo que quieran. Para eso son artistas, ellos saben qué hacer”, dice Endy.

Entre los próximos desafíos, el 5 de octubre la escultora Rocío Coppola engalanará las paredes de Dain. “Es una mujer joven que ya ha colgado en distintos lugares y que se dedica a hacer objetos que flotan o que apoyan en el piso de las formas más exóticas del mundo. Yo, de hecho, tengo en mi casa dos esculturas de ella que son de alambre y que cuando las ves no podés entender cómo logra hacer eso. Y ahora está trabajando con un material nuevo, transparente, que es lo que va a exponer acá”, cuenta la dueña de esta usina cultural.

Panza llena…

Si algo le faltaba a este lugar era ofrecer comida rica. “Acá se puede venir a tomar algo desde la hora del desayuno hasta las 20.30 aproximadamente. No se puede venir a comer a la noche porque no es un restaurante, pero sí es una librería con resto-bar que tiene cocina de autor. Nuestra carta es pequeña, pero tiene cosas muy ricas. Tenemos un menú fijo y un plato del día que se cambia todos los mediodías”, cuenta Endy. Y suma: “Los domingos, como tenemos una parrilla en la terraza, hacemos asados, pamplonas y parrilladas completas al mediodía. Además, todo, incluso el pan, está hecho acá”.

Capacidad para 35 cubiertos (sin contar la terraza), jugos de autor, y verduras y condimentos orgánicos extraídos de una huerta cuidada por la misma Endy se suman a este combo imposible de rechazar.

Datos útiles: Dain Usina Cultural queda en Nicaragua 4899, Ciudad de Buenos Aires. En su página web (www.dainusinacultural.com) se pueden consultar todas sus actividades y cursos, además de acceder a su programa de radio y comprar sus libros. Se hacen envíos al interior de la Argentina y a otros países.

El lugar cierra los lunes (día que abre en caso de contratarlo para un evento privado). En Dain, además, una vez por mes la periodista Silvia Hopenhayn invita a un escritor que trae una primera página inédita de un libro y la lee. En agosto se prevé la visita de Lucía Puenzo, quien le sumará el cine a la propuesta.