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24 de octubre de 2011
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¡A compartir!

El conocido sistema de los tiempos compartidos también se extendió a aviones, helicópteros, yates y hasta autos de lujo. Las diferentes vertientes de una modalidad que atrapa a muchos.
¡A compartir!
Barcos, aviones, casas rodantes y más ahora pueden compartirse. Fotos: SXC.hu

Para quienes siempre quisieron ser dueños de su propia casa en la playa, su yate, su avión privado o su auto de lujo, pero su cuenta bancaria no es tan abundante como para lograrlo, el mercado ofrece una alternativa: comprar un pedacito de cada una de estas –y otras- cosas. El conocido concepto de tiempo compartido, que otrora se usara de manera exclusiva a los hospedajes, hoy es trasladado a diferentes servicios y artículos de lujo. ¿Por qué? Básicamente porque tiene algunas ventajas que tientan a muchos. Entre ellos, es una opción muy viable para aquellas cosas que sabemos que no les daremos un uso habitual (por eso hizo furor en los hospedajes para vacaciones, en su momento) y no hay que llevar sobre los hombros el peso y la preocupación del mantenimiento.

Los aviones privados son compartidos, sobre todo, por empresas. Fotos: SXC.huPor supuesto, también está la contracara: no somos los dueños exclusivos. Tal como lo dice su nombre, se comparte, por lo que hay que ponerse de acuerdo con el resto de los dueños (no de manera directa, pero sí a través de la empresa que organiza y vende ese tiempo compartido) para poder usarlo.

Variedad

En Argentina, más precisamente en Buenos Aires, la idea de tener, por ejemplo, un barco o un velero con este sistema fue introducida, entre otros, por la empresa Internautic. En España, Yatch Sharing hizo lo propio, con un tope de hasta 12 propietarios para una misma embarcación (un mes al año por dueño).

Para quienes prefieren viajar por aire, también está la opción de comprar un porcentaje de un avión, aunque ésta es más utilizada por empresas que por particulares. En este caso, la medición se hace por horas de vuelo al mes y la aeronave viene con el piloto, las pólizas de seguro, el combustible y el mantenimiento incluidos.

Por último, para quienes quieren encontrarle una vuelta de rosca al tradicional tiempo compartido relacionado con un hospedaje en un rincón puntual del planeta para vacaciones siempre en el mismo lugar, también hay casas rodantes disponibles con esta modalidad. Así, uno compra una porción de un motorhome, paga su cuota mensual, y cuando le llega el turno de usarla tiene la total libertad de ir adonde quiera. Motor Home Time Club es una de las tantas empresas que ofrece este tipo de servicio en territorio argentino.

Tanto en éste como en el resto de los casos de Time Sharing, uno paga una cuota mensual que se mantiene por el período de tiempo que diga el contrato. En algunos casos son cinco años renovables, en otros son cancelables y en otros el tiempo es diferente. Cada empresa tiene su propio sistema, por eso es fundamental leer la letra chica antes de firmar y entusiasmarse.

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