Nada se pierde, todo se transforma

Por Verónica Luna
Como las semillas del diente de león, que están perfectamente encastradas unas con otras hasta formar una burbuja perfecta, al punto de la inevitable tentación de soplar fuerte para que el viento las disperse. Así sucede a veces con algunas manifestaciones culturales. Tan arraigadas están que parecen indisociables. Sin embargo, un día una semilla vuela y el proceso de dispersión comienza. La germinación dependerá de las condiciones existentes. Si el terreno es fértil, probablemente crezca con fuerza, si no, deberá adaptarse al nuevo ambiente.
El viaje como experiencia resulta un buen abono para la transformación de las costumbres y el proceso de entrecruzamiento de culturas. Luego, la adaptación a las características del nuevo lugar termina de moldear los cambios. Sin embargo, algo de la esencia permanece.
Capoeira
La combinación de artes marciales, música y deporte que se conjuga en la destreza y dinámica de capoeira tiene un origen remoto. El recorrido para rastrear sus raíces lleva a deshacer el camino que hicieron las embarcaciones que transportaban esclavos, hundirse en el territorio africano y recoger las tradiciones más genuinas.
Los siglos XV y XVI fueron de apogeo para el tráfico de esclavos provenientes de Guinea, Angola, Mozambique y otras regiones de África occidental. Entonces, Portugal trasladaba a los cautivos hacia Sudamérica, principalmente con destino a Brasil.
Así como los esclavos transportaban en jaulas los gallos capones que eran llevados al mercado, los africanos que eran cazados y comercializados para realizar trabajos forzados, eran trasladados en jaulas similares, que eran llamadas capoeiras. Ese mismo término se trasladó no sólo a la manifestación física de sus tradiciones sino también a los espacios en los que se practicaba como en los claros del bosque o en las poblaciones vecinas.
Los cautivos, provenientes de diferentes etnias, eran llevados a trabajar a las plantaciones de caña de azúcar y algodón. Los galpones en los que convivían eran el escenario donde se producía la interacción y la mezcla de las diferentes costumbres. Los participantes se formaban en círculo siguiendo el ritmo de la música, mientras dos capoeiristas se medían en un juego donde se demostraba la habilidad. Algunos movimientos emulaban a los de animales como el jaguar que ataca sigilosamente, la araña que entrelaza a la presa, la zorra que engaña al enemigo, los saltos de los monos.
En la capoeira hay un componente de danza que aparentemente servía como cortejo entre los angoleños. Mientras que el ingrediente de juego se cree que puede deberse a un agregado propio de la cultura brasileña. Lo cierto es que del crisol de aportes surgió una práctica que resultó la síntesis de una forma de resistencia a la opresión de la que los negros eran víctimas. Los esclavos la practicaban bajo la máscara de una danza alegre, pero encerraba el secreto disimulo del entrenamiento que los preparara para la lucha contra sus dueños. Era una forma de comunicación, un impulso para el espíritu y el afianzamiento de la identidad cultural.
Con la abolición de la esclavitud, los esclavos libertos se encontraron sin recursos. Algunos se dedicaron a la delincuencia, mientras continuaban ejercitando Capoeira. A consecuencia de ello, su práctica fue prohibida en Brasil en 1890. En el intento por acabar con la delincuencia y la práctica de esta peculiar danza, los castigos eran muy crueles. Fue así como Capoeira se convirtió en una danza clandestina. Sin embargo, en 1937 el presidente Vargas, la declaró deporte nacional de Brasil. Con el tiempo surgieron algunas variantes a la forma tradicional. Aunque se siguen realizando golpes de mano abierta, se mantiene la corta distancia, el uso de armas como la vara larga, los garrotes, navajas en los pies, y el uso de botellas. En su versión más moderna se aplican más acrobacias.
A pesar de los cambios, Capoeira continúa siendo una forma de integración social y de inculcar valores como el respeto, la responsabilidad, la seguridad, inteligencia y libertad.
Tai Chi Chuan
Mucho más lejos en el tiempo, el recorrido del Tai Chi se originó en la China Antigua. Distante y remotamente ya se practicaban las técnicas de respiración y ejercicios para mejorar la salud.  Inicialmente concebida como un arte marcial para la lucha cuerpo a cuerpo. Luego, pasó a ser considerada como una práctica de meditación que permite el bienestar físico-espiritual.
Distintas versiones relatan el origen. Por un lado, se dice que durante el siglo XVI,  Chang San Feng recibió las enseñanzas del Tai Chi en sueños. Otra creencia sostiene que el Tai Chi le fue revelado al observar una pelea entre una serpiente y una grulla. Sin embargo, una teoría que sostiene que la práctica fue creada por Chen Wang Ting, quien era general del ejército de los Ming, pero cuando se produjo la caída de la dinastía, el militar utilizó su entrenamiento militar con movimientos de boxeo para enseñárselos a los miembros de su clan.  Luego, un taoísta llamado Chiang Fa incorporó los principios del Tao, como el uso del Chi y el Ying y Yang, con lo cual esos ejercicios se convirtieron en el Tai Chi Chuan. Con el tiempo se introdujeron variantes que llevaron a la eliminación de los movimientos más complejos, haciéndose más accesible a personas de todas las edades.
En el Tai Chi se conjugan movimientos ágiles y fuertes pero a la vez sincronizados, lentos, realizados en forma armónica, como una danza que simula una pelea. Son movimientos terapéuticos que se concentran en la trilogía cuerpo, mente y espíritu, que se apoya en una correcta respiración permitiendo sacar el poder que hay dentro de cada uno. Si bien en sus inicios la transmisión de la disciplina se hacía en el interior de los templos taoístas para un reducido grupo de gente, a partir del siglo XVI comenzó a difundirse entre las aldeas y surgieron los estilos familiares. La forma de lucha contra un adversario imaginario cayó en desuso, de tal modo de actualmente se practica mayoritariamente en forma grupal y sincrónica. Si bien se pueden utilizar armas como espada, sable, abanico, varas o lanzas, lo cierto es que la forma más común se ejercita sin armas.  En la actualidad son seis los estilos reconocidos: Zhao Bao, Chen, Yang, Wú, Hao y Sun.
A mediados del siglo XX, cuando tuvo lugar la toma del poder por parte de los comunistas, las formas tradicionales de la práctica del Tai Chi Chuan fueron reprimidas. Muchos maestros de la disciplina huyeron del país y comenzaron a difundir la técnica en otros lugares del mundo.  En la década de los años ´60s el Tai Chi es adoptado en Estados Unidos, y desde allí ingresó al resto de América y Occidente.
El Tai Chi Chuan se practica en todo el mundo por los beneficios que se le atribuyen: mejora la postura, fortalecimiento del sistema nervioso, rechazo de emociones negativas y enfermedades. Basado en la tranquilidad, el silencio y los movimientos continuos, la filosofía que concentra procura llevar al ser humano a su bienestar y el logro de la felicidad.
Yoga
Cinco mil años de historia conectan la rutina de hacer Yoga en la actualidad, con  el ejercicio de la meditación surgido en el Valle del Indo. Según una leyenda, la aparición del Yoga tiene un origen divino, derivado de la enseñanza del dios Shiva.
Mediante los ejercicios de relajación, se iniciaba la búsqueda de la unión del alma individual con Dios. Las huellas grabadas en las rocas dan cuenta de la antigüedad de la práctica, así como los textos más viejos que se encontraron pertenecientes a la cultura hindú.
Los conocimientos acerca de Yoga fueron recopilados en los Sutras, donde se concentran las bases de los principios sobre los que se apoyan todas las escuelas. Los principales son la abstención del mal, el fomento del bien, la realización de posturas corporales en reposo, el control de la respiración, de las sensaciones, la concentración, la contemplación y la absorción.
La difusión del Yoga se realizó primero en Asia, donde recibió influencias de cada región. Hubo un Yoga hindú, budista, tibetano, chino, que se convirtieron en algunos de los sistemas más tradicionales: Hatha, Kundalini, Mantra, Astanga.
El Hatha es la rama más conocida en Occidente. Su difusión se atribuye a la pérdida de la salud física, mental y espiritual que impone el ritmo de vida del hombre occidental. Mientras que Kundalini integra las diferentes variantes, por eso es conocida como la madre de los yogas.
En Occidente, la difusión del Yoga se realizó en la década de 1960. A partir de entonces, su amplia difusión llevó a que se inauguraran nuevas vertientes, aunque no todas están legitimadas por las escuelas tradicionales, algunas con un enfoque más en lo físico que en lo espiritual.
Bikram Yoga
Bikram Choudhury  fue campeón Nacional de Yoga de la India, hasta que un accidente en el cual lastimó gravemente su rodilla al punto de no tener expectativas de recuperarse, lo llevó a intensificar la práctica de yoga.
La técnica utilizada para la recuperación consistió en realizar ejercicios físicos en base a 26 posturas y dos ejercicios de respiración en un cuarto a 42 grados. El calor permite que los músculos tengan mayor flexibilidad, evitando que se produzcan lesiones y mejorando la circulación y la oxigenación del cuerpo. La revitalización del cuerpo, provoca, a la vez, la mejora en el espíritu. Todo ello con ayuda de la concentración, paciencia y autocontrol.
Luego de su recuperación abrió algunas escuelas en la India de modo de ayudar a otras personas a sanar su cuerpo. Más tarde, hizo lo propio en Japón. Las propiedades curativas que se le reconocen fueron las grandes impulsoras en su difusión. Algunas de ellas son la eliminación del dolor de articulaciones, el aumento de la capacidad pulmonar, el fortalecimiento de los huesos, la pérdida de sobrepeso,  mejora de la circulación, desintoxicación del cuerpo y la mente.
En la década de 1970 la técnica llegó a Estados Unidos y fue rápidamente adoptada en Occidente. En todo el mundo es practicada por personas de diferentes edades y condición física.
Estas disciplinas, como muchas otras manifestaciones culturales vuelan a través del tiempo y la distancia. Como el diente de león, sus semillas están expuestas al viento, que simplemente viene y sopla, y con eso les da el impulso para crecer en otros lados. 
¿Alguna vez tomaste contacto con estas prácticas culturales u otras similares? Relata aquí tu experiencia.