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09 de marzo de 2015
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Castellfollit de la Roca: tesoro catalán

Uno de los poblados más pequeños de Cataluña es el particular Castellfollit de la Roca, un reducto medieval ubicado al borde de una pared basáltica de 50 metros.
Castellfollit de la Roca: tesoro catalán
Castellfollit (Crédito: SBA73)

Aquellas personas que quieran sentir lo que significa vivir en un pueblo de la edad media, solo tienen que comprar un ticket de avión a Cataluña, más precisamente a la municipalidad de Gerona, y visitar Castellfollit de la Roca.
Este pueblo, que se destaca por sus paisajes únicos y su perfil pintoresco, se encuentra ubicado en lo alto de una espectacular pared basáltica de 50 metros, y rodeado por los ríos Toronell y Fluviá. Esta peculiar pared basáltica es el fruto de la superposición de dos erupciones de lava; la primera, con una antigüedad de 217.000 años, y la segunda tiene unos 192.000 años.(Crédito: Wiros)
Castellfollit cuenta con menos de 1.000 habitantes y casi 1 kilómetro cuadrado de superficie, lo que lo convierte en uno de los municipios más chicos de Cataluña.
Castellfollit de la Roca pertenece al Parque Natural de la Zona Volcánica de Garrocha, un área de gran valor paisajístico, y cuenta con la única cantera de basalto activa que existe actualmente en España.
Las cúpulas de las iglesias y los antiguos monumentos marcan el perfil -que se ve a la distancia-  de este particular poblado. Muchas casas parecen estar al borde de la alta pared basáltica, lo que le da un aire mágico a este lugar.
Castellfollit tiene un casco antiguo de origen medieval, formado por plazas y particulares calles empedradas, muy estrechas. En el borde del precipicio está ubicada la plaza Josep Pla, que también sirve de mirador por tener una visión panorámica de valle de los dos ríos.
Uno de los puntos más interesantes para visitar es la iglesia de Sant Salvador, cuyo origen se remonta al siglo XIII y tiene un estilo arquitectónico renacentista Coronado con una importante cúpula. También, en el otro extremo del pueblo, lejos del casco antiguo, está Sant Roc, el alto campanario cuyo reloj marca el ritmo de los días en Castellfollit.
Muchos de los habitantes de este poblado se dedican al turismo, pero muchos otros tienen emprendimientos agrarios y cultivan pequeños huertos. Es interesante visitar estas huertas, separadas por antiguas paredes de piedra, y también descubrir los bellísimos caminos que suben hasta Castellfollit.
Existen algunas opciones de hospedaje, más que nada en el casco antiguo, y muchas ofertas de negocios gastronómicos donde podrán saborear platos típicamente locales.
Si visitaste Catellfollit de la roca, contanos tu experiencia aquí.

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