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24 de abril de 2017
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Equipaje: cuestión de peso

Siempre nos falta espacio, nos sobran cosas o nos resulta imposible cargarlas. Superada la prueba del cierre, comienzan los miedos por haber excedido el peso máximo permitido. O, peor, por estar llevando algo prohibido por las normas aéreas. Consejos útiles y datos esenciales para que el armado del bolso sea un trámite simple y hasta divertido.
Equipaje: cuestión de peso

La dejamos para último momento y, no conformes con correr contra reloj, permanecemos varias horas (incluso hasta la llegada a destino) con la angustiante sensación de que nos estamos olvidando algo. Armar la valija no es tarea sencilla y menos aún cuando debemos respetar ciertas normas. Pesos máximos, elementos permitidos y otros prohibidos para el bolso de mano e incluso dudas sobre el estado en el que llegarán a destino nuestras camisas o vestidos son las preguntas que invaden la cabeza de cualquier viajero. Muchos- los más experimentados tal vez- ya tienen su propia metodología para que cada cosa quepa de forma adecuada en su lugar y llegue, tras largas horas de viaje, como recién salida del guardarropa. Sin embargo, no todos tienen la misma suerte y una gran cantidad de turistas se rinden tras varios rounds de forcejeo con una maleta que no quiere cerrar.

Tips infalibles

Para asegurarse de que no faltará nada en la valija y dormir tranquilo la noche anterior al viaje, nada mejor que empezar, varios días antes, una lista de objetos y prendas a llevar. Cuanto antes se comience con el listado, mejor, así ante cada nueva ocurrencia sólo basta con acudir a él e incorporarlo. De lo contrario, si se realiza a último momento, hay riesgos de olvidarse de escribir algo.

Elige una valija rígida para transportar elementos frágiles y una blanda si piensas volver de tu viaje con algunos objetos de más (para lo que también se recomienda llevar siempre un bolso vacío). Si tiene rueditas, mucho mejor para facilitar así su traslado y no cargar peso.

Otro consejo más que útil es agregarle una cinta de color en la manija- o, directamente, usar una maleta colorida- para diferenciarla rápidamente del resto (en su mayoría grises, azules y negras).

Para no llevar de más, pero tampoco de menos, es mejor hacer el cálculo de la cantidad de días que durará el viaje, así como del itinerario seleccionado. De esta manera, sabremos cuántas mudas seleccionar y qué tipo de ropa elegir.

En cuanto a la distribución de las prendas y objetos en el interior de la valija, hay varios métodos, aunque la mayoría de los expertos recomiendan ubicar en el fondo los pantalones y luego las camisas y remeras. Los zapatos y zapatillas deben colocarse en bolsas separadas- de a uno, no de a pares- entre los huecos que quedan (igual que cinturones, corbatas, ropa interior, trajes de baño, medias y accesorios). Antes de cerrar la maleta, arriba de todo, va la ropa más delicada. Y, por último, las toallas y ropa de abrigo.

En tanto, para no arrugar algunas prendas como camisas recién planchadas, conviene enrollarlas en forma prolija, guardarlas en bolsas de plástico y ponerlas una al lado de la otra en la maleta. Si realizas un viaje de trabajo para el que debes llevar un traje, nada mejor que usar un portatrajes y tenerlo contigo en el avión.

Importantísimo: viajero liviano, viajero feliz

Si eres de aquellos que no pueden salir de viaje sin llevar a cuestas todo el armario… recuerda siempre que quien se va de vacaciones eres tú, no tu casa ni tus pertenencias. Ellos no tienen sentimientos, así que no se sentirán desdichados si los dejas unos días solos y mucho menos te lo reprocharán a tu regreso.

En el aeropuerto

Para que subirse a la aeronave no se convierta en una carrera con obstáculos, es necesario que cumplas con ciertos requisitos e incorpores algunas recomendaciones. Uno de los más importantes es llamar a la aerolínea algunos días antes de viajar para averiguar la franquicia de equipaje permitido y no correr riesgos de pasarse del límite. De todos modos, por lo general se permiten entre 20 y 30 kilos por adulto y 10 para el bolso de mano, que no debe superar, además, las dimensiones máximas (50 x 35 x 23 cm). Si, aunque lo intentes, no logras ajustarte al peso permitido, deberás pagar un recargo por exceso de equipaje, que sólo será transportado si hay lugar suficiente en la bodega del avión.

Antes de realizar el despacho de la valija asegúrate de que ésta (al igual que los objetos que llevas contigo en el avión) posea una etiqueta con todos sus datos de contacto. Si bien nadie desea extraviar su equipaje, tampoco se está exento de ello y siempre es mejor prevenir a amargarse las vacaciones con engorrosos trámites y rastreos de la maleta perdida. Otra recomendación a tener en cuenta antes del despacho es cerciorarse de que no haya sogas, manijas, cuerdas u otros objetos que sobresalgan del bolso. De esta manera se reducen las posibilidades de que el equipaje quede atascado en algún lugar de la cinta transportadora.

En cuanto al sistema utilizado para cerrar la maleta, muchas personas optan por el candado (si son de combinación mucho mejor, ya que las llaves pueden perderse). De todas maneras, de acuerdo a las nuevas normas vigentes en los Estados Unidos luego del 11-S, la Administración de Seguridad del Transporte (siglas en Inglés TSA) romperá el candado de su equipaje si éste es escogido al azar para ser inspeccionado. Para evitar este problema, recomiendan no usarlos o, en caso de hacerlo, recurrir sólo a candados aprobados por TSA, que los agentes de seguridad pueden abrir usando un código universal exclusivo para su uso.

Otro datillo para nada menor son los artículos especiales como los equipos de golf, esquís, bicicletas y tablas de surf o snowboard. En este caso, depende de cada compañía y país el sistema de embalaje, despacho y recargo que se le cobra al turista, por lo que es fundamental consultar previamente con la empresa.

Sobre el avión

Respecto del bolso de mano (está permitido uno por pasajero), cuanto más vacío mejor, ya que así el personal de seguridad podrá registrarlo en forma rápida y sin necesidad de desordenarlo demasiado. Entre los objetos que no está permitido subir al avión se encuentran los elementos afilados (tijeras, limas, navajas y cualquier otro cortante), los encendedores o fósforos, todo tipo de líquidos excepto leche (esto es: gel para cabello, bebidas, shampoo, bronceador, cremas, pasta dental, artículos de tipo cosmético, desodorantes) y objetos contundentes.

En tanto, sí está permitido- y es recomendable que aquí los lleves- portar los medicamentos, documentos y dinero en efectivo. Recuerda que no podrás acceder a la valija hasta llegar a destino (sin tomar en cuenta la posibilidad, que siempre está latente, de que la maleta se extravíe y con ella tus medicinas y otros objetos de valor y necesidad).

Ya sabes, si no quieres tomarte una dosis extra de stress antes de partir hacia tu destino de descanso, comienza con el proceso de empaque con varios días de anticipación. Tu cuerpo, tu mente y tus nervios te lo agradecerán.

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