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01 de marzo de 2010
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Estrés post-vacacional

El hecho de terminar las vacaciones y encontrarse con la misma rutina de siempre genera una tensión emocional que afecta a muchas personas. Los casos de estrés luego de un receso son cada vez más comunes y hay que aprender a detectarlo rápido antes de que sus consecuencias sean graves.

No todo el mundo se siente como nuevo luego de unos merecidos días de descanso. Cada vez es más común que la reconexión con las tareas y las responsabilidades personales y laborales generen situaciones de ansiedad que sobrepasan la tolerancia del individuo y alteran su salud mental y física. La vuelta al trabajo afecta la capacidad de concentración y se hace insoportable estar en el ámbito laboral o realizar tareas.

La angustia, el hastío y la sensación de tensión pueden bloquear al individuo y hacerlo incapaz para tomar decisiones, concentrarse y ser creativo. También puede haber cambios en el carácter, agresividad y síntomas típicamente depresivos que afectan enteramente la calidad de vida.

Los que sufren de este tipo de estrés pierden la capacidad de disfrutar y sentir alegría con cosas que antes nos eran placenteras. Tampoco tienen motivación para realizar cualquier actividad.

Por lo general, las personas más propensas a sufrir del estrés post vacacional son los que no están satisfechos con la vida que llevan y, cuando llegan de las vacaciones, caen en la realidad y no quieren o no pueden hacer nada para obtener mayor satisfacción.

Causas de este tipo de estrés

- Estar sobrepasado de tareas o responsabilidades laborales y personales.

- Que el trabajo no sea gratificante.

- Que el trabajo no nos compense de manera económica o intelectualmente.

- No estar capacitado para enfrentar actividades laborales que son impuestas.

- Trabajar en un clima laboral tenso o con jefes abusivos.

- Temor de que se note que es prescindibles en su trabajo al no estar por un tiempo.

- Falta de motivación laboral.

- Venir de vacaciones durante las que no se descasó adecuadamente.

Síntomas visibles

- Falta de apetito.

- Lentitud, lenguaje escaso.

-Incapacidad de disfrutar.

- Pérdida de interés.

-Pensamientos reiterativos.

-Culpa.

-Negatividad.

-Trastornos del sueño.

-Alteraciones del apetito.

-Cansancio, falta de energía.

-Intolerancia.

-La sola idea del trabajo se le hace insoportable.

¿Qué se puede hacer para evitarlo?

- Retomar las actividades progresivamente y con calma. No regresar de vacaciones la noche anterior a comenzar las actividades.

-Buscar una relación más distendida con la familia.

- Tener ciertos horarios durante el receso para que la vuelta a la rutina no sea tan drástica.

- No tener expectativas tan altas con las vacaciones, buscar otras metas a alcanzar.

- Dividir las vacaciones en varias partes para evitar la angustia de que aún nos queda un año hasta el próximo tiempo libre.

- A la vuelta, organizar nuestro trabajo pendiente para no desesperarnos con el caos y hacer una lista con orden de prioridades.

- Valorar lo que tenemos y hacer una lista de las facetas agradables de nuestro trabajo.

- Hacer un examen retrospectivo y definir si somos personas negativas. Luego de eso tomar medidas para comenzar a ver la vida con más alegría y agradecimiento.

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