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14 de febrero de 2011

Ir al baño en viajes largos

A la hora de emprender una travesía solemos tener en cuenta un montón de cosas: transporte, alojamiento, comida, excursiones, clima y mucho más, pero nos olvidamos de organizarnos bien para que las ganas de hacer pis no nos sorprendan sin saber qué hacer.

La realidad es que es aguantar los deseos de ir al baño es muy molesto y pone mal a cualquier persona, más allá de que es peligroso para la salud. Aquí te damos algunas ideas para solucionar este problema que se puede transformar en urgencia.

Las madres suelen decir que antes de emprender un viaje largo, lo mejor es ir al toilette antes. Esto es un buen comienzo, y si bien no garantiza llegar a destino sin la necesidad de ir, por lo menos te dará paz unos cuantos kilómetros.

Si estás embarazada, ten en cuenta que tendrás la necesidad de ir al baño 3 ó 4 veces más, pero no es aconsejable parar en cualquier lado, ya que precisas una opción higiénica para no correr el riesgo de contraer ningún tipo de enfermedad.

Una buena idea es llevar jabón, una toalla pequeña y papel higiénico en el bolso de mano. Por lo general en la ruta no suele haber baños equipados con todo esto, por lo que llevar este pequeño kit –al que le puedes sumar alcohol en gel para lavarte sin más problemas en caso de que no haya agua en el lugar en el que paraste- puede ser la salvación. Además, si eres muy cuidadoso de la limpieza existen en el mercado desinfectantes en aerosol del tamaño de la cartera, por lo que puedes rociar todo antes de volver al auto.

Los chicos: muchas veces son los más demandantes a la hora de ir al baño, sobre todo si son muy pequeños y recién están aprendiendo. Te recomendamos que antes de partir tengas una charla, explicándoles que no se puede parar en cualquier lado y que además hay que ir cuando sea realmente necesario. Muchos niños acostumbran a pedir porque se aburren o simplemente para conocer más lugares. Recuerda entrar siempre con ellos y que tomen todas las precauciones necesarias para evitar el contagio de cualquier enfermedad que esté dando vueltas por ahí.

Cuando marques el ruteo del viaje, trata de localizar aquellas estaciones de combustible que podría tener baño. En la ruta hay de todo: aquella semi abandonada o la que tiene un drusgtore inmenso. Puedes consultar con otros viajeros que hayan hecho el mismo camino que tú.

Baños de bares/restaurantes: en muchos lugares del mundo está reservado sólo para clientes. De hecho, en Nueva York, por ejemplo, hay muchos que sólo ordenan un té para poder entrar al toilete. En Argentina y en muchos otros países latinoamericanos, por otra parte, los baños de los locales de comida rápidos suelen ser limpios y pueden ser utilizados por todos, sin necedidad de consumir.

El baño en el micro: antes que nada, si sabes que sueles necesitarlo varias veces en poco tiempo, te recomendamos que saques boleto para pasillo, ya que, de lo contrario, volverás loca a la persona que tiene que moverse cada vez que tú quieras ir (y, además, si tienes la mala suerte de que tu compañero de viaje se queda dormido y no te animas a despertarlo, la situación puede ser muy difícil de contener para ti). Los baños de los micros y de los aviones no suelen ser lo más espaciosos, por lo que te sugerimos que te armes de paciencia para entrar en ese espacio reducido. Si no quieres utilizarlo, en el caso del viaje en micro puedes esperar hasta las estaciones en donde éste parará (si es que lo hace; pregúntale antes al chofer).

A la hora de emprender un viaje largo es fundamental que tanto el piloto, como los acompañantes estén hidratados, por eso es importante beber líquido periódicamente, aunque nos haga parar para recurrir al baño. Evitar tomar líquido para no parar es una de las peores cosas que se pueden hacer, ya que castigarás aun más a tu organismo.

 

Ten en cuenta que cada 2 ó 3 horas es necesario parar. Esto sirve para que el conductor logre despejarse un poco, relajar la espalda y piernas y, además, hacer sus necesidades llegado al caso que sea necesario. Estar muchas horas sentado no es lo mejor ni para la espalda ni para los riñones. Por eso, una vez que pares, te sugerimos que estires un poco los músculos y camines unos metros. El estar mucho tiempo sentado produce que las ganas de ir al toilette aumenten.

¡Buen viaje y se paciente!

Si tienes anécdotas o consejos sobre este tema, escribe aquí.

Más información:
» www.toiletsoftheworldbook.com
» elembarazo.net