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30 de abril de 2012

La Era del Glaciar

Impactan por sus dimensiones y belleza. Proponen actividades llenas de excitación y energía. La era del glaciar comienza, ¿estás preparado para la aventura?
Por Verónica Luna Scrat es una ardilla cuyo único objetivo parece ser el de alcanzar a su bellota. En esa misión, que por momentos se vuelve imposible, atraviesa una y mil situaciones desafortunadas. Seguramente el pequeño animalito en su torpeza no llegará a descubrir que el avance de los glaciares, su derretimiento y los cursos de agua resultante, son parte de un proceso más amplio que abarcó muchos miles de años. Algo tan simple como un proceso de acumulación, compactación y cristalización de la nieve, que ocurre cuando las precipitaciones níveas son superiores a la evaporación que se produce por efecto del sol, es lo que nos deja maravillados ante la presencia de un gran bloque de hielo. Estas grandes masas, son además el reservorio de 75% del agua dulce del mundo. Si la bellota de Scrat saltara de un punto a otro del planeta para perderse entre los glaciares, ¿a dónde viajaría la pequeña ardilla? Mer du Glace Bien podría encontrar a su bellota deslizándose por el Mar de Hielo más grande de Francia, ubicado a 2.500 metros de altura y rodeado por los glaciares Lechaud, el Cascade du Taléfre y el Geant. Desde Chamonix, la pequeña población al pie del Monte Blanco, un viaje en tren de 20 minutos conduce directamente hacia el lugar que desde el siglo XIX es elegido por los turistas para la práctica de deportes de montaña y donde también se visita la galería de los cristales (con piezas de los montes Blanco y Glaciorium). En verano, una telecabina y un sendero de pasarelas llevan a visitar una gruta abierta en el hielo –que debe ser excavada cada año- y que muestra en su interior la vida de los montañeses.  En invierno, un museo de hielo con figuras y muebles tallados sorprende al público.  El glaciar del Ródano Scrat podría pasearse por los Alpes suizos, dejarse arrastrar por el fruto hacia el bloque de hielo que alimenta al río Ródano y al lago Lemán. Toparse a 3.000 metros con la cumbre del Undri Triftlimi y chocarse con el glaciar más grande de la región, conectar con el Paso de Grimsel y el Paso de Furka, para terminar en una cueva helada.  Subirse a un telesférico y recorrer la geografía  majestuosa llena de altos y bajos que ofrece la región. El tren Glacier Express permite pasar siete horas viviendo un paisaje de montañas, bosques y cascadas, cruzando puentes y túneles para finalmente conducir a los centros vacacionales de Zematt y St. Moritz.  También se puede transitar la carretera desde Gletsh, un camino sinuoso que ofrece imágenes increíbles. En  la estación estival, se recomiendan las caminatas guiadas por el glaciar y la visita a la cueva de hielo. En invierno, el camino hacia el glaciar está cerrado por lo que no se realizan actividades.  “En ningún otro lugar de Europa se puede ir tan cerca de un glaciar como en la cueva de hielo, en el Glaciar del Ródano. La cueva se encuentra  a 2.300 m.s.n.m. en la parte del Cantón de Valais, 3 Km al sur del Paso de Furka”, relata Manuela Steiner, Gerente del Centro de Visitantes de Obergoms.  La experiencia es intensa como el azul del hielo, el efecto que produce la luz del sol y el chasquido que se oye al pisar la escarcha. El glaciar Aletsch, que  forma parte de este macizo helado, es el más largo de los Alpes, y dicen que Churchill lo elegía como lugar de descanso. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es un lugar magnífico para la práctica de excursiones y deportes así como el hábitat de muchas especies animales y vegetales.  El pabellón de hielo más grande del mundo está a una altitud de 3.500 metros en Saas-Fee ofreciendo una fría aventura que encanta a niños y adultos. Desde la confitería giratoria los recuerdos se vuelven imborrables.  Glaciar, en Noruega se dice Jostedalsbreen Ese es el nombre que tiene el más grande bloque de hielo del país báltico, que con 487 metros cuadrados de superficie es al mismo tiempo, el más grande de Europa continental. Si bien los fiordos son característicos de la geografía de Noruega, los glaciares  no se quedan atrás ya que ocupan más de 2.600 kilómetros cuadrados de tierra firme.  La ardilla podría perder con facilidad al motivo de todas sus desventuras en un territorio como éste. Y aún sus desopilantes aventuras podrían multiplicarse en el archipiélago Svalbard, cubierto en un 60% bajo el manto helado de Austfonna. Después de la Antártida y Groenlandia, éste es el tercer casquete de hielo más grande del mundo. Trekking sobre el hielo -siempre en compañía de un guía y para diversos niveles de experiencia-, escaladas, visita al Museo Noruego del Glaciar donde se podrá conocer mucho acerca del origen de los glaciares y su incidencia en el paisaje que lo rodea y la visita al Parque Nacional Folgefonna donde se encuentra el centro de esquí de verano, son algunas de las vivencias que pueden experimentarse.  Alaska, tierra de hielo Las formaciones generadas por nieve y sedimentos abundan en Alaska. Están en las laderas de las montañas, o en los valles. Algunos de los más visitados son el Glaciar Mendenhall, con 19 km. de largo, cerca de Juneau, los Glaciares Columbia y Spencer, próximos a Prince William Sound y el Glaciar Exit, en cercanías de Seward .  Muchos están ubicados al sureste de Alaska, y le dan nombre a la Bahía de Los Glaciares, que en 1986 fue proclamada Reserva de la Biósfera y en 1992, Patrimonio de la Humanidad. El Parque tiene una extensión de 13.287 kilómetros cuadrados y se accede a él a través del servicio de ferries.  En los meses de verano, las actividades que pueden realizarse incluyen escalada en el hielo, cruceros por los glaciares y senderismo. En los meses más fríos se puede pasear en motos de nieve, hacer recorridos en trineos arrastrados por perros o salir con raquetas. Las medidas de preservación ambiental son escasas en los glaciares. Sin embargo, en este Parque se limita  el acceso a determinadas zonas y actividades. Además se realiza evaluación permanente del clima, el movimiento de los  glaciares, la geometría y la escorrentía de algunos glaciares. En el Sur, también existen A orillas del Lago Argentino, un macizo de 5 kilómetros de ancho y 60 metros de altura, es uno de los más importantes del mundo. El Perito Moreno, en la provincia argentina de Santa Cruz es un gran atractivo para turistas de diferentes latitudes. Está entre los 356 bloques de hielo que conforman el Parque Nacional Los Glaciares (Patrimonio de la Humanidad desde 1981), al que bosques, montañas y lagos, le otorgan un marco también imponente. El Calafate es la población más cercana, y por lo mismo, concentra el flujo turístico que durante todo el año se deja  atrapar por esa maravilla natural. La circulación aumenta cuando se produce la ruptura  de la pared del glaciar y los bloques se desprenden produciendo estruendos que generan un verdadero impacto. La bellota podría caerse en alguna grieta durante el trekking por el glaciar o terminar mezclada con los pedazos de hielo que enfrían el whisky del final de la caminata. En la desesperada búsqueda de su tesoro, Scart podría pasear en el catamarán por el lago que conduce a visitar los glaciares Upsala y Spegazzini. O terminar en Glaciarium, el centro de interpretación que promueve el conocimiento de los glaciares con instalaciones interactivas.  Podrá adquirir algún souvenir elaborado con materiales reciclados o tomar algo en el café con vista al lago, aunque seguramente la ardilla preferiría que le sirvieran en bandeja su alimento favorito para no tener que rastrearlo en cada lugar del mundo donde el hielo sea protagonista.  ¿Alguna vez hiciste visitaste alguno de estos glaciares o conocés otros? Contanos aquí tu historia.
Más información en: Glaciares de Noruega Glaciares del Ródano Turismo de Alaska Turismo Chamonix Parque Naciona Los Glaciares