Viernes 19 de Abril de 2024

Logo
30 de noviembre de 2012

Penang, el paraíso gastronómico de Malasia

Es una de las ciudades más multiculturales de Asia y el paraíso de la gastronomía malaya. En la isla de Penang conviven, hace varios siglos, comunidades malays, chinas, indias y europeas, y cada una aporta su sabor a este pequeño mundo ubicado en Malasia

Texto y Fotos por Aniko Villalba
Los mismos malayos lo afirman con orgullo: en Malasia todo tiene que ver con comida y cualquier excusa es buena para sentarse a compartir un plato con amigos y familiares. Los noodles (fideos finos), el teh Tarik (té con leche al estilo indio) y el roti canai (panqueque con curry de lentejas) son algunas de las ofertas que se consiguen en cada esquina y en cualquier momento del día, pero solamente una pequeñísima parte del espectro. Si el país es un gran puesto callejero repleto de deliciosas comidas al paso, la isla de Penang es un paraíso para los amantes de la gastronomía, de la historia y de la cultura.


Penang está ubicada en la costa oeste de Malasia Peninsular, tiene 860 mil habitantes y es uno de los rincones más multiculturales del Sudeste Asiático. Al igual que en el resto del país, en la isla conviven la comunidad malaya (de etnia malay) y la comunidad china-malaya (que conforman, entre ambas, el 85 por ciento de la población), una minoría india-malaya y miles de expatriados europeos, asiáticos y americanos. Cada grupo cultural mantiene sus costumbres, sus comidas, sus celebraciones, sus ritos y sus creencias, por eso Penang es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede encontrar una iglesia, una mezquita, un templo hindú y un templo budista en una misma calle (y donde gente de todas las religiones se suma a los festejos del resto).
Una de las mejores maneras de comenzar a saborear Penang es caminar sin rumbo por las calles de Georgetown, la capital de la isla, y dejarse llevar por los sonidos y los aromas. El incienso de los templos, el crepitar de la comida cayendo sobre el wok, la música de los locales y las conversaciones en malayo, inglés, manadarín, hokkien y tamil son parte de la banda sonora cotidiana de la isla. Gran parte del presente de Penang está explicado por su historia: en 1786, la isla se convirtió en el primer asentamiento británico en el estrecho de Malaca (uno de los estrechos de mayor importancia comercial del mundo) y gracias a su estatus de puerto libre atrajo a colonos y comerciantes de toda Asia.
Durante aquella época, los primeros inmigrantes chinos e indios que llegaron a la isla descubrieron que una de las maneras más fáciles y rentables de sobrevivir era vendiendo comida. Y así nacieron los primeros vendedores ambulantes: algunos iban a pie, otros en bicicleta y, más tarde, en moto. Rápidamente se convirtieron en parte inseparable del paisaje y de la rutina de los habitantes, que marcaban las horas del día según el vendedor que se acercara a su puerta (sabían, por ejemplo, que a las 9 de la mañana pasaba el cocinero indio ofreciendo kuih, que al mediodía llegaba el vendedor de laksa y por la tarde el de wantan mee). Con el tiempo, los vendedores ambulantes pusieron puestos fijos y se quedaron frenados en alguna esquina o se unieron a otros y conformaron enormes buffets al aire libre.
Una pequeña caminata por Georgetown lo demuestra: en Penang la comida está por todas partes y los puestos callejeros no están separados por comunidad. Los kopitiam (“coffee shops”), los mamak stalls (puestos de comida Tamil musulmana), los puestos de comida halal (aprobada para ser consumida por los musulmanes) y las casas de té chino comparten la misma vereda o patio de comidas. La vida callejera, además, empieza temprano: los mercados matutinos ocupan las calles antes de que amanezca y los puestos de comida se desparraman por toda la ciudad para facilitar la actividad principal de esta isla: comer.
En Penang se pueden hacer muchas cosas: las calles de Georgetown invitan a perderse y a contemplar los distintos estilos arquitectónicos, Batu Ferringhi es la zona ideal para los que quieran un poco de playa y de deportes al aire libre, y Kek Lok Si, el templo budista más grande del Sudeste Asiático, es una parada obligada. Y no sólo eso: en la isla de Penang conviven, también, un espeso bosque tropical, una mezquita flotante, shoppings y resorts, mercados al aire libre, aldeas de pescadores y todo tipo de frutas tropicales. Sin embargo, sea cual sea el rincón de la isla que se visite, todos los caminos llevarán, inevitablemente, a un plato de comida.
Si has estado en Malasia, comoparte tus experiencias aquí con otros lectores.


Ver Penang en un mapa más grande