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19 de septiembre de 2012

Si el mundo fuera un shopping, ¿a dónde irías a comprar qué cosas?

El turismo de compras es una variante que crece en los principales destinos comerciales. Pero el mundo en sí mismo es un gran shopping que invitamos a recorrer.

Por Verónica Luna
El mapamundi es el plano en el cual se pueden trazar las rutas que llevan al desplazamiento de personas y mercancías. Algunas materias primas se producen en un lugar y se las utilizan para elaborar un producto distinto en otro. Sin embargo, hay ciertos destinos  en los cuales sus producciones, sean básicas o elaboradas, le otorgan una impronta que hace mella en su identidad y los convierte en el sitio ideal para ir a comprarlas. Si el mundo se pudiera recorrer como un gran shopping,  algunos productos típicos podrían ir a buscarse a los locales donde sólo se encuentran los mejores de su especie. 

Encaje en Bélgica
Desde la Edad Media, Bruselas, la capital belga y también Brujas, arrastran una importante fama por sus bordados y encajes. Se los puede apreciar en sábanas, pañuelos, manteles. Es una tradición que fue gestándose por años con el minucioso trabajo que realizaban mujeres de condición humilde en las puertas de sus casas o en los talleres. Esos mismos bordados eran los que lucían luego las señoras de la aristocracia. En Brujas puede visitarse el Centro del Encaje –Kantcentrum-,  donde funciona una escuela de la actividad, y los turistas pueden participar de visitas guiadas. 
En Bruselas, es imperdible el paseo por el Museo de la Vestimenta y el Encaje. En las salas de este espacio, fundado en 1977, se encuentran piezas antiguas elaboradas en talleres y fábricas de Brujas, Amberes, Sint Truiden, entre otras ciudades belgas. Cada una se especializaba en un punto distinto, y los materiales que se requerían eran muy finos. La decadencia de la actividad llegó con la competencia de Oriente, sin embargo, en Bélgica, la tradición aún se conserva. El recinto ubicado en Rue de la Violette 12, atiende todos los días, menos los miércoles. 
Además de los bordados, los chocolates, cervezas y diamantes son productos especiales para adquirir en los locales belgas. Las chocolaterías tienen exquisitos bombones con gran variedad de sabores, especialmente de praliné realizado en forma artesanal. En Amberes se concentra 85% de la producción mundial de diamantes en bruto. Alrededor de 350 talleres y escuelas enseñan a pulir diamantes. Las joyerías pueden visitarse en toda la ciudad, aunque también es imperdible la visita al Museo del Diamante. La combinación de chocolate y diamante para formar una joya única que conjuga parte de la identidad belga, la logró el chocolatero más famoso del mundo, Dominique Persoone, cuyas creaciones pueden degustarse en sus tiendas de Brujas y Amberes.
Café en Colombia
Su afamado café se conoce en todo el mundo.  El país es el mayor productor de café suave. Su producción viaja principalmente a países como Estados Unidos, Alemania, Holanda, Suecia y Japón. Pero quien visite el país, no puede evitar dejarse cautivar por el aroma de ese tesoro oscuro que le vale a Colombia el reconocimiento mundial.
El clima, la altura, el suelo, serán todas condiciones que determinarán la enorme variedad de granos que se cultivan en todo el territorio. Aunque es incierta la forma en que el cultivo se estableció en la región, se sabe que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, la producción de café pasó a ocupar un lugar destacado en la rutina colombiana. La ruta del café lleva a recorrer los departamentos de Antioquia, Caldas, Casanare, Boyacá, Cundinamarca, Gaujira, Risalda,Caquetá, Quindío, Tolima, entre muchos otros. El Eje Cafetero, tiene su foco en una amplia región, en la que se destacan las ciudades de Manizales, Armenia y Pereira. Si bien la esencia económica, social y cultural gira en torno al café, en estos distritos, la belleza del paisaje también suma atractivo turístico. 
En el territorio donde la infusión negra y de sabor intenso ejerce su reinado, se puede visitar el Parque Nacional del Café, donde también se encuentra el Museo respectivo. 
Alfombras en Turquía
Estambul, la capital turca, es el reino de las alfombras. Allí se congregan las piezas de fabricantes de las principales ciudades, como Konia, Gordes, Kayseri, entre otras. Manufacturadas por siglos, constituyen históricamente la ornamentación por excelencia de las habitaciones de los pobladores locales. Sus coloridos diseños, sus técnicas de elaboración y materiales, son parte del folclore popular. Al principio eran confeccionadas con lana de cabra u oveja, y luego en algodón. Los dibujos recrean la flora y la fauna. El Gran Bazar, es uno de los destinos más frecuentes para la compra de estas típicas confecciones, previo regateo. También es aconsejable recorrer otras tiendas cercanas para asegurarse de comprar una buena pieza artesanal, ya que abundan  las alfombras realizadas en forma industrial que pueden llegar a confundir al comprador desprevenido. 
Además de las alfombras o kilims, en Turquía es frecuente la comercialización de joyas, piedras preciosas, pipas, especias y sedas. El Mercado de la Seda, en Bursa -la cuarta ciudad turca por su importancia-, atrae a turistas de todo el mundo que degustan té mientras los vendedores comercializan capullos y gusanos de seda. La región perteneció al circuito de la ruta de la seda, que transportaba las mercancías desde la ciudad china de Xian hacia Europa.
Perfumes en Francia
El glamour siempre ha sido asociado con la idiosincrasia francesa. Los perfumes y la moda, son sin dudas, parte de la imagen de un estilo delicado del acento francés que se ha expandido en todo el mundo.  La historia cuenta que fue a partir del siglo XIV que en Francia se le comenzó a dar impulso a la industria de las fragancias. 
Es siguiendo el aroma de los perfumes que se llega a Grasse, un pequeño poblado medieval cercano a la Costa Azul, donde se fabrican dos tercios de la producción de perfumes de Francia. Dicen que es la capital mundial del perfume. Hasta el siglo XVIII, el condado tenía como principal industria al cuero, especialmente se destacaba por la fabricación de guantes perfumados. Cuando a raíz de los impuestos, la actividad de las curtiembres decayó, fue reemplazada por la perfumería. El clima y el suelo, resultaron propicios para el cultivo de flores. Las fragancias de lavanda, jazmín, naranjos, rosas, entre otras, inundaron el poblado. Más de treinta fábricas se dedican a la producción de aromas envasados que comercializan a todo el mundo.
La Perfumería Fragonard es una de las más antiguas. Ofrece visitas guiadas en las que se conoce todo el proceso de elaboración de los perfumes. También puede visitarse el Museo del Perfume que posee en su interior y su fábrica de flores. Pero no es la única, otras perfumerías son Galimard, en la cual se puede hacer un taller de dos horas, al cabo del cual se  obtiene un perfume personalizado, Molinard que tiene una tradición de cinco generaciones de perfumistas y Les Fleurons, que tiene un cariz más artesanal, son otras de las que ofrecen varias actividades para los turistas que quieran visitarlas.
En el centro de la ciudad, se encuentra el Museo Internacional de la Perfumería, en el cual se recrea la larga tradición de los líquidos aromáticos que se vuelven una irresistible tentación para  todo el mundo. La colección de piezas que recrea todas las etapas de producción de los perfumes, suma un total de más de 50 mil objetos entre los que se incluyen envases de distintos orígenes y épocas hasta la caja de viaje de María Antonieta. 
Relojes en Suiza
La precisión suiza comenzó a ser admirada y reconocida a través de sus relojes que gozan de gran prestigio en todo el planeta. Cuando tras la Reforma calvinista, allá por el siglo XVI hubo prohibición de portar joyas, los orfebres encontraron en la producción de relojes un nuevo oficio. Desde entonces, el mecanismo suizo resultó incomparable. Ginebra fue la ciudad en la cual se concentraron los trabajadores del gremio, para luego expandirse a los pueblos montañeses. 
La industria de los relojes evolucionó tanto que surgieron productos innovadores para todos los gustos.  Suiza exporta 95% de los relojes que fabrica. Su producción se concentra en el denominado Valle del reloj, en la región de la cordillera del Jurá que se extiende de Ginebra a Basilea. La ruta de los relojeros abarca un trayecto de 200 kilómetros en los cuales se recorren fábricas tanto de grandes marcas como de otras más pequeñas  y museos especializados.
La Chaux-de-Fonds y Le Locle, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son el paraíso de los relojes. Además,  se puede visitar la Maison Blanche, la primera obra del arquitecto Le Corbusier.  El Museo Internacional de Relojería, es la gran atracción, con su gran cantidad de dispositivos mecánicos para medir el tiempo, más de 2700 relojes conforman su patrimonio.
En Ginebra no pueden dejar de visitarse el reloj de flores en el Jardín Inglés, símbolo mundial de la relojería en esa ciudad, el del Hotel Cornavin con un péndulo de 30 metros, el más largo del mundo, el reloj del pasaje Malbuisson, que a cada hora toca una melodía y se observa a figuras que representan la victoria contra las tropas saboyanas del año 1602, y el reloj solar láser, en el muelle Wilson.  Mientras que en Berna, es imperdible la visita a Zytglogge, la Torre del Reloj. Este mecanismo que data del año 1530 llama la atención por la cantidad de indicadores respecto del paso del tiempo que posee. Un gallo dorado que canta tres veces, un muñeco que gira un reloj de arena, osos bailadores, cascabeles, y también un calendario que da cuenta de los días, meses, fases lunares y el zodíaco. 
Algunas de las tiendas en las que pueden adquirirse ejemplares de relojes suizos en Berna,  son Bucherer, que es una de las más tradicionales en relojes de lujo, Zigerli + Iff fundada en 1893, Ordona, especializada en relojes cucu.
Cristales en Italia
Soplar y hacer cristales. La fragilidad de los objetos realizados con técnicas artesanales les otorga el carácter de delicados tesoros. La fuente proveedora de esas piezas sensibles, es la isla de Murano, a 16 kilómetros de Venecia.
La tradición deviene del recorrido que se fue dibujando a través del tiempo, cuyos inicios se remontan al siglo XIII. Los artesanos instalaron sus talleres en la isla, luego de emigrar de la vecina Venecia, ante el riesgo de incendio que provocaba la actividad. Su auge estuvo asociado con la producción de espejos y arañas. También se destacó el tipo de filigrana que con la incorporación de hebras de vidrio opaco desarrollaron los artesanos, dándole un efecto de encaje que resultaba muy llamativo. Aún en la actualidad, el oficio goza de prestigio en todo el mundo, a pesar de haberse desarrollado otros centros en Inglaterra y Alemania.
El paseo por Murano llevará a visitar talleres y aprender acerca de la elaboración de piezas de cristal mediante la técnica del soplado, así como visitar el Museo del Vidrio, fundado en 1861. Entre sus más de cuatro mil piezas se destacan frascos fenicios, objetos de origen egipcio, espejos y una araña que llega a pesar 330 kilos. 
En cualquiera de las cristalerías será posible encontrar algún objeto para llevar como recuerdo ya que hay desde miniaturas hasta piezas de mayor tamaño. 
Cuero en Marruecos
La ciudad imperial de Fez, declarada Patrimonio de la Humanidad, despierta curiosidad y asombro. Su industria del cuero, es una de las más tradicionales y características.  El Barrio de lo Curtidores reúne a los trabajadores del cuero de camellos y cabras que siguen aplicando el mismo proceso de teñido que se utilizaba siglos atrás. 
Los cueros son sumergidos en piletones con tinturas que luego son pisoteados por horas para que adquieran un color uniforme, y luego son secados al sol.
El despliegue de colores representa un verdadero atractivo, y es una de las postales típicas de Fez. En los mercados, se encuentran artículos de marroquinería de todo tipo, que sin dudas, habrá que regatear para hacerse de algún souvenir. 
Piezas de plata en las más de 350 platerías de Taxco (México), especias en la India, muebles en Copenhague (Dinamarca), obras de arte en Amsterdam (Holanda), cerveza en Alemania, jamones en España. El mundo es un gran almacén de ramos generales, sólo hay que armar la lista de compras, excusas para viajar no faltan.
¿Alguna vez visitaste alguno de estos lugares?  Relatá aquí tu experiencia.