Viajando con medicamentos

Si estás tomando una medicación y no puedes suspenderla, es conveniente que viajes con los remedios, ya que en el exterior puede llegar a ser difícil conseguirlos y seguramente te resultarán mucho más caros que en tu lugar de residencia.

Presta atención a las siguientes recomendaciones:

1. Lleva los remedios en su recipiente y packaging original (incluyendo cualquier tipo de prospecto o información que viniera incluido al comprarlo).

2. Nunca despaches a la bodega del avión los medicamentos, ya que los cambios de temperatura podrían alterarlos.

3. Debido a las nuevas restricciones para el equipaje de mano, conviene que lleves siempre pastillas o comprimidos (en lugar de jarabes). En caso de que sí o sí debas trasladar algún tipo de medicamento líquido, debes hacerlo en una pequeña bolsa plástica transparente que pueda abrirse y cerrarse fácilmente (como las que se utilizan para el freezer). Además, en ningún caso el contenido puede superar los 90 ml (3 onzas).

4. No olvides pedirle a tu médico que te escriba una receta oficial (en papel membretado, con los sellos y firmas correspondientes y letra bien clara y legible) para cada remedio. Debe incluir un diagnóstico o descripción del problema médico que sufres, además de aclarar cuál es la droga genérica que contiene el preparado (y no sólo el nombre comercial, ya que éste varía en cada país). Esta documentación podrá ser requerida por los oficiales de aduana al llegar a destino o incluso por empleados de las aerolíneas cuando realices el check in de equipaje. La receta también te será útil en el caso de que se te acaben los remedios o los pierdas: si bien es posible que no sea válida para realizar una compra, seguramente podrás encontrar un médico local que pueda hacerte una nueva en base a las indicaciones de la primera.

Notas relacionadas:
» ¿Cómo encontrar una farmacia de turno?